¿Qué es el trastorno disocial?
El trastorno disocial (TD), es recogido en el DSM IV, enmarcado en el epígrafe de “trastornos por déficit de atención y comportamiento perturbador”
El trastorno disocial es propio de la infancia y la adolescencia. Es un trastorno que se manifiesta por comportamientos que atentan contra los derechos de las personas y que infringen las normas sociales. La persona con este trastorno desarrolla un grupo de conductas de carácter negativo, de tipo destructivo, distorsionadas y transgresoras de las normas sociales.
Las familias y educadores tienen grandes dificultades para tratar con los niños y adolescentes que padecen un trastorno disocial.
Características de la conducta disocial
El DSM-IV define el rasgo principal de este trastorno como: “Patrón de conducta persistente en el que se transgreden los derechos básicos de los demás y las principales normas sociales propias de la edad”.
Este trastorno tiene importantes repercusiones en la vida de las personas que lo padecen:
- Implica un desajuste social, causando un deterioro significativo del funcionamiento a nivel social.
- Aparecen problemas en el rendimiento académico.
- El bienestar del niño, adolescente se ve perjudicado.
- Puede asociar problemas de autoestima, estado del ánimo, etc.
- Tiene consecuencias negativas: es muy probable que en la edad adulta se manifiesten importantes desajustes sociales.
El trastorno disocial crea un deterioro grave de la actividad social, académica o laboral. Suelen esconder una baja autoestima bajo una imagen de dureza. Muestran poca tolerancia a la frustración, son irritables e imprudentes.
Su rendimiento académico es bajo.
Se puede asociar a otros trastornos, como el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, trastornos de aprendizaje, Ansiedad, Trastornos del Estado de Ánimo y Trastornos relacionados con el abuso de sustancias.
Cómo saber si mi hijo tiene trastorno disocial
El trastorno disocial es un problema de comportamiento. Entre las actitudes normales de los niños y adolescentes, es lógico que no siempre obedezcan, que cuestionen las normas y traten de saltárselas, e incluso que en algún momento se las salten o se muestren agresivos. La simple aparición de conductas de este tipo no es un indicador de la existencia del trastorno, ya que están conductas aparecen de forma natural y son necesarias para el desarrollo.
No se trata de conductas espontaneadas y aisladas sino de un modo de actuar persistente que provoca un deterioro significativo en el ajuste y funcionamiento del pequeño. Algunas características que pueden alertar de la existencia del trastorno son:
- Comportamientos agresivos y conductas que no se adecuan a las normas sociales de modo persistente y continuado. Como por ejemplo: mentiras repetitivas, robos continuados, absentismo escolar, peleas, amenazas, agresiones a personas y animales, violencia sexual, etc.
- Lo normal es que este tipo de comportamiento comience en un contexto y situación conocidos por el menor. Los lugares y las personas son cercanos al pequeño. Estas conductas provocan respuestas negativas y el entorno del niño, se vuelve más hostil, incrementándose las conductas disruptivas. Se origina así una cadena de conductas y respuestas hostiles que aumentan el problema.
- Deterioro en el funcionamiento social y académico. No suelen tener muchos amigos, y su relación con los adultos es poco saludable. Estos niños y niñas no han aprendido a relacionarse adecuadamente, ni a resolver conflictos.
10 Pautas para actuar ante el trastorno disocial
- Infórmate sobre el trastorno y comprende al niño. Es importante entender que es un tipo de conducta que han aprendido y que es su único recurso para relacionarse, para salir de los conflictos y para aliviar un malestar emocional.
- Busca ayuda de profesionales que puedan ayudarte con el trastorno disocial. Trata de coordinar la actuación de profesionales, educadores y familia.
- Acepta al niño tal y como es. No le juzgues a él/ella sino a su conducta. Muéstrale que le aceptas, quieres y apoyas.
- Establece normas claras y explícale las consecuencias de no cumplir las normas. Más que un castigo, deben entender que determinadas acciones tienen sus consecuencias. Los niños/as, están en un periodo de desarrollo y están aprendiendo también maneras de comportarse, deben aprender como tienen que comportarse socialmente.
- Desarrolla su empatía o capacidad de ponerse en el lugar del otro.
- Aplica una disciplina positiva. No se trata de generar más violencia, pero sí de establecer unas guías que regulen su conducta social.
- Evita la sobreprotección y la permisividad, y los castigos y autoridad excesiva. Es importante que interiorice las normas y para ello debe participar democráticamente en las mismas y debe tener algunas normas que cumplir (adecuadas a la edad y nivel de desarrollo).
- Actúa como un ejemplo a seguir, los pequeños aprenden más de lo que ven que de lo que les decimos. Si le muestras modelos positivos de conducta, tenderán a repetirlos.
- Crea un clima de confianza, afecto y respeto mutuo.
- Proporcionales un ambiente tranquilo y estructurado. Evita la sobrecarga de estímulos y establece rutinas y horarios.
Muy útil. Muchas gracias!!!
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