Como padres deseamos que nuestros hijos crezcan sanos, felices y se conviertan en personas con valores. Pero para eso, es necesario contar con las técnicas adecuadas para poner límites. En las próximas líneas, veremos la técnica Montessori, ideada hace más de 1 siglo atrás por María Montessori, que ayudará a padres y docentes en la difícil pero no imposible tarea de poner límites a los niños.
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Técnica Montessori: La técnica del Sí
Si algo caracteriza al método Montessori es enfocarse en lo positivo, antes que en los aspectos negativos. Hacer esto, como padres o docentes, justo cuando necesitamos poner límites a los niños no es nada sencillo. Pero con la técnica del sí, es posible acercarnos a un modo de crianza saludable y, al mismo tiempo, aprender a poner límites a los niños.
No prohibir
Cuando un niño es pequeño, es inevitable tener que decirle “No”; no cojas frío, no te acerques a la llama de los quemadores, no juegues con eso que es peligroso, no te subas ahí, etc. En lugar de comenzar las frases negativamente para marcar los límites, la técnica Montessori nos propone utilizar aspectos positivos.
Por ejemplo: será mejor que nos abriguemos un poco más antes de salir, vamos a jugar un poco más allá (lejos de objetos peligrosos), me gustaría que ahora hablemos o juguemos a algo los dos juntos, etc.
Evitar las comparaciones o etiquetas
A menudo, los padres, solemos caer en la tentación de comparar a nuestros hijos con otros niños, o incluso hacer comparaciones entre hermanos: ¿por qué no eres ordenado como tu hermana? ¿Por qué no imitas el buen comportamiento de “X”?
Este es el segundo gran error que hacemos los padres o docentes: olvidarnos que cada niño tiene una personalidad diferente. Según la técnica Montessori, la técnica del si.nunca debemos compararles a otros niños y mucho menos entre hermanos. Si hacemos eso, con el tiempo, solo conseguiremos una enemistad entre ellos.
Po otra parte, también muchas veces solemos etiquetar a nuestros hijos: “eres un vago”, “eres muy rebelde”, “eres travieso”, etc.
Debemos tener en cuenta que, así como cada uno de los adultos, los niños tienen sus días buenos y sus días malos. Si un niño suele ser algo perezoso, debemos ver las razones de por qué actúa con pereza, pero no decírselo. De este modo, evitaremos etiquetar a nuestros hijos.
No debemos olvidar que, lo que los padres creen de sus hijos, se terminará reproduciendo en la mente de los niños. Si nosotros creemos que nuestros hijos son perezosos o vagos, esto internamente terminará formando un patrón internalizado (si mamá cree que soy vago, entonces lo soy) y serán ellos mismos quienes lo crean, sintiendo esto como una propia limitación futura dado que hemos sido nosotros, como padres, quienes primero se lo hemos dicho. Ocurre algo similar entre los docentes y alumnos.
Trabajar en los propios defectos
Los niños son esponjas. Eso ya lo hemos dicho muchas veces, pero ocurre que a menudo nos olvidamos que también reproducen nuestros propios defectos (así como imitan nuestras virtudes). Es por ello que trabajar en los propios defectos ayudará, en consecuencia, en el comportamiento de nuestros hijos.
Por ejemplo, según la técnica Montessori, no podemos actuar frente a nuestros hijos con resentimiento o rencor por algo que nada tiene que ver con ellos. De hecho, si algo que han hecho ellos, no produce un enojo, será mejor trabajarlo antes de actuar con los niños.
Evitar los castigos o amenazas y enfocarse más en las consecuencias de sus actos
Un castigo puede llegar a ser efectivo, siempre y cuando éste sea en el corto plazo. Por ejemplo, supongamos que un niño se ha portado mal y su madre decide castigarle impidiéndole que vaya al campamento escolar que él tanto ha deseado. En este caso, el castigo podría ser efectivo pero debemos hablar con el niño para hallar la verdadera razón de su mal comportamiento.
Además, debemos enfocarnos más las causas y los efectos de estos. Es decir, debemos hacer énfasis en que, si el pequeño se ha portado mal, no podemos premiarle, sino más bien establecer límites con castigos (causa – efecto de sus actos).
En lo personal, preferimos evitar las amenazas, salvo que estas sean muy necesarias.
Por ejemplo, si estamos en el centro comercial y nuestro hijo no deja de hacer berrinche, podemos decirle: “Si no dejas de hacer este berrinche, no comerás helado (o el castigo que como padres consideremos)”. No obstante, las amenazas son poco eficientes en el largo plazo también, pues debemos hacer hincapié en generar hábitos de buen comportamiento en nuestros hijos.
»Técnica Clic para tuitear para ayudar a los padres a poner límites a sus hijos #educacion» username=»educa_aprende»]Que te ha parecido la Técnica del si, Técnica Montessori para ayudar a los padres a poner límites a sus hijos, déjanos un comentario con tu opinión y sugerencias. ¡Tu opinión nos interesa!
Soy Lic. En Educación Preescolar y Directora de un Preescolar. Me interesa mucho aprender sobre la Educación Montessori y así poder formar al personal a mi cargo y orientar a los padres. Soy de Venezuela. Gracias