La lectura es una habilidad muy importante, pero su aprendizaje puede ser complicado. Aprender a leer no es una tarea sencilla ya que el niño tiene que aprender a través de dos vías: la del significado de la palabra que lee o ruta léxica y la del sonido de las letras o ruta fonológica, son las llamadas rutas de lectura
Rutas de lectura
La lectura requiere conocer las letras y sus sonidos, pero también conocer el significado que tienen cuando se unen y forman una palabra. Existen por lo tanto dos rutas de acceso a la lectura que entran en juego cuando se produce el aprendizaje la que nos permite reconocer los sonidos y la que nos permite dar significado a las palabras. En ambas rutas de lectura intervienen procesos psicológicos complejos.
- Ruta fonológica o ruta subléxica. La ruta fonológica consiste en la traducción de la letra en sonido. A través de esta ruta el grafema se convierte en fonema. Una vez traducidas las letras en sonidos se unen para formar una palabra y podemos leer o decir la palabra. Es un proceso lento que no siempre se acompaña del significado de la palabra.
- Ruta léxica. La ruta léxica de acceso a la lectura es la que procesa la palabra globalmente sin necesidad de descomponerla en partes. Cuando conocemos la palabra, está en nuestro cerebro y la reconoce cuando aparece escrita sin tener que procesar antes sus partes más pequeñas. Esta ruta es más rápida y más directa que la ruta fonológica y además nos lleva directamente al significado de la palabra, favoreciendo la comprensión de la lectura. Sin embargo, solo nos sirve para palabras de las que conocemos su significado.
¿Qué sucede cuando leemos una palabra?
La lectura es un proceso complejo que se lleva a cabo por una de estas dos rutas de lectura, dependiendo del conocimiento del vocabulario y las destrezas de cada niño.
Normalmente cuando aparece escrita una palabra nueva, desconocida para el niño, se lee a través de la ruta fonológica, es decir primero se traducen las letras a sonidos, después se unen los sonidos y finalmente se forma la palabra. Es un proceso más lento y carente de significado.
Cuando la palabra es conocida, se lee a través de la ruta léxica, nuestro cerebro funciona como un gran diccionario y reconoce la palabra sin necesidad de procesarla letra a letra.
Veamos un ejemplo: si tratamos de leer la palabra casa o la palabra ecuo, ambas tienen 4 letras y por lo tanto deberían entrañar la misma dificultad, sin embargo leemos muchos más rápido la palabra casa porque la tenemos en nuestro léxico mental y la palabra ecuo la desgranamos antes de leerla. Lo mismo ocurre con palabras más largas como por ejemplo murciélago o la palabra fabuladora ambas tienen 10 letras pero el acceso lector de la primera es más sencillo que el de la segunda porque sigue una ruta léxica.
Consejos para favorecer la lectura
Es importante conocer las dos rutas de acceso a la lectura para hacernos a la idea de la complejidad del proceso y para favorecer la misma. Si queremos que los niños adquieran velocidad y precisión lectora es esencial trabajar el acceso a través de la ruta léxica y para ello podemos seguir una serie de consejos:
- Acompaña la lectura desde un primer momento de la comprensión de significado.
- Procura enriquecer el vocabulario del niño, a través de lecturas y explicaciones.
- Puedes acompañar o apoyar la palabra escrita con imágenes, de este modo será más fácil entender el significado.
👉 Te puede interesar leer
9 Pautas para desarrollar el hábito de leer