La risoterapia es una técnica dentro de la psicología que combina la risa con la clínica para fusionar ambas herramientas con fines terapéuticos.
En otras palabras, la risoterapia es la utilización de la risa como terapia dentro de un espacio dedicado al cuidado de la salud mental o psicológica.
Si bien ésta data desde el siglo VI a.C no fue hasta fines del siglo pasado (siglo XX) que se ha dado a conocer con este nombre y a practicar como tal de un modo más riguroso.
Quédate con nosotros que te contaremos como puede servir la terapia de la risa para mejorar el rendimiento escolar.
Las neurociencias y la risoterapia
Desde las neurociencias, la risoterapia tiene grandes beneficios sobre el aprendizaje dado que al reírnos liberamos hormonas como la serotonina, dopamina, adrenalina y endorfina. Veamos cuáles son sus vínculos con la educación y el aprendizaje:
Sabemos que la serotonina es la hormona de la felicidad. Esta aumenta la plasticidad cerebral y acelera el aprendizaje. En consecuencia, mejora los procesos de aprendizaje en general y la toma de decisiones de los niños o jóvenes.
Por otra parte, la dopamina se vincula con la motivación, lo que la convierte en un neurotransmisor indispensable dentro del ámbito escolar o del aprendizaje en general.
La adrenalina estimula y modula la memoria, lo que también realiza un aporte significativo para el aprendizaje. Recordemos que todo aprendizaje debe estar ligado con un aprendizaje previo, por lo que fomentar el correcto acceso a la memoria permitirá un mejor aprendizaje para los niños.
Por último, las endorfinas facilitan la atención y permiten que el organismo sienta placer y felicidad tras la realización de la tarea que le provoque en este caso risa.
En síntesis; la risoterapia aplicada a la educación puede ser de grandes e importantes beneficios tanto a corto, mediano como largo plazo.
9 Beneficios de la risoterapia
- Permite la liberación de hormonas que favorecen profundamente el aprendizaje (tal como te hemos comentado más arriba).
- Con solo 10 minutos al día, la risa actúa como un analgésico poderoso para el organismo.
- Minimiza la angustia y actúa contra son síntomas de la depresión.
- Aumenta el oxígeno que ingresa a los pulmones y al torrente sanguíneo, por lo que el cerebro también se oxigena mejor.
- Mejora la digestión y las funciones del aparato digestivo en general.
- Permite la mediación de conflictos o diferencias sociales.
- Favorece los estados de equilibrio interior promoviendo calma y bienestar.
- Disminuye el estrés y las tensiones corporales.
- Es un canal para descargar la negatividad.
6 Actividades de risoterapia para hacer con niños
Te proponemos 6 actividades o juegos de risoterapia para trabajar con niños
La risa misteriosa
Se sientan todos los niños formando un círculo pero antes de comenzar, la docente o coordinadora le asigna a uno de los niños la tarea de ser él, el poseedor de la risa misteriosa sin que el resto de los niños sepa quién es. Otro de los niños, será designado como el delator de la risa. Este delator (al que podremos llamar detective) se colocará en el centro del círculo.
El juego comienza cuando los niños, sentados en círculo, deben mirarse unos a otros. El niño poseedor de la risa misteriosa, deberá elegir a uno de sus compañeros para mirarle y sonreírle sin que el detective le vea. Si lo logra, entonces el niño receptor de la risa, será ahora el niño poseedor de la risa misteriosa.
El juego trascurre hasta que el detective averigüe quién es el niño con la risa misteriosa.
Variante
También puedes estableces como variante que el niño poseedor de la risa misteriosa, mire a otro de los niños. Tras sonreírle, este niño deberá reírse sin parar pero será quien pueda (de ahora en más) contagiar su risa a otros niños. Así, habrá dos niños poseedores de la risa misteriosa y no solo uno, hasta que los niños multipliquen la risa a otros compañeros, mientras que el detective deberá determinar quién ha sido el primer niño poseedor de la risa misteriosa.
Esta variante es más divertida pero más breve y requiere mayor cantidad de niños que la opción anterior.
La historia de mi compañero
Para esta actividad también es necesario que los niños se sienten formando un círculo. Cada niño deberá contar una historia (ficticia) de su compañero. Es decir, deberá inventar una historia sobre él. Cuanto más alocada sea la historia, mucho mejor.
Los mimos desconocidos
Para este juego de risoterapia se debe tener una hoja de papel y un bolígrafo. Se divide el grupo en dos equipos diferentes. La docente o coordinadora deberá escribir en el papel el nombre de los niños de uno de los quipos, formando un listado con estos. Luego deberá cortar cada nombre, doblarlo por la mitad para que nadie vea el nombre escrito y repartir a cada uno de los niños del equipo contrario. De este modo, cada niño del segundo equipo tendrá que ser mimo desconocido de uno de los niños del equipo 1 (el que figura en el papel entregado por la docente o coordinadora).
Para ello, le seguirá e imitará todo el tiempo desde lejos hasta que este niño/a comprenda que se trata de su mimo.
Para liberarse de la imitación; el niño que es imitado por su compañero deberá mirarle para descubrir un error. Cuando su mimo falle, entonces la mímica llega a su fin.
No me río
Para este juego se dividen a los niños en parejas. Se colocan uno frente al otro y se les pide que no se rían. El primer niño que se ría, pierde el juego quedando eliminado de la competencia.
Adivina quién es
Esta actividad de risoterapia se puede realizar en equipos o bien todos juntos en el aula.
La docente o coordinadora elige a un niño/a para que pase al frente. Le dice al oído el nombre de un animal. Este deberá imitarlo pero sin emitir sonidos. Puede dibujar, hacer mímica, señalar el color del animal, etc pero no puede hablar.
¡Me contagio de risa!
Para esta actividad les pedimos a los niños que permanezcan sentados en sus asientos. La consigna que se les da es que, cuando la docente o coordinadora anteponga una sonrisa, ellos deberán imitar sus movimientos. Pero cuando ella no sonría con anterioridad a un movimiento, no deberán imitarla. Es similar al juego de “Simón dice…” pero anteponiendo una sonrisa en lugar de decir “Simón dice”.
Esta actividad es mucho más entretenida si la docente o coordinadora logra realizar movimientos divertidos o que causen risa a los niños con la finalidad de desconcentrarlos y evitar que los pequeños le imiten cuando corresponda. En caso de ver esto, la docente deberá dejar fuera del juego al niño/a que se ha equivocado hasta que quede un solo ganador.
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