Los juegos de azar son una de las actividades más antiguas en la historia de la humanidad. Las primeras referencias que tenemos de ellos datan del siglo XIII a.C en Sumeria y Asiria. Sin embargo, fueron los egipcios los que, allá por el año 2.000 a.C, comenzaron a dar una mayor relevancia a este tipo de juegos esculpiendo una especie de dado de 6 caras.
Precisamente, los dados han sido uno de los juegos de azar más populares desde la antigüedad. Civilizaciones como Grecia, Roma o la India tenían en gran estima esta modalidad de juego. Paralelamente, hacia el año 3.000 a.C en China ya comenzaron a celebrarse las primeras apuestas, otra de las actividades que han tenido desde siempre un enorme protagonismo.
A lo largo de los siglos, los juegos de azar han ido evolucionando hasta lo que conocemos hoy en día. Ahora resulta muy habitual jugar al casino online, una actividad regulada en España desde el año 2012 a partir de la Ley del Juego y a través de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ).
Este último organismo, dependiente del Ministerio de Hacienda, es el encargado de velar porque se cumpla la Ley del Juego, aprobada en el 2011 y que entró definitivamente en vigor en julio del año siguiente. El DGOJ, además, audita a todas las empresas del sector y realiza funciones de control y supervisión del juego, sancionando a aquellas que incurren en malas prácticas o no siguen los requisitos que establece la ley.
En este sentido, se puede decir que la regulación del juego en España ha traído a nuestro país transparencia y estabilidad en una industria que realmente lo necesitaba. Un aspecto que no solo beneficia a los jugadores, sino también a las empresas que pretenden operar en el sector. El entorno regulado y confiable ha alimentado la proliferación de este tipo de espacios a través de la red.
Precisamente, la regulación del juego obliga a las empresas del sector a llevar a cabo una serie de acciones:
- Informar acerca del juego seguro y responsable
- Generar número aleatorios para garantizar un juego limpio y sin trampas
- Disponer de sistemas de encriptación para que la información y los datos de los jugadores estén protegidos siempre
- Establecer límites de juego y de dinero a los jugadores
- Posibilidad de solicitar la autoexclusión en un casino online
- Prohibir el acceso de menores de edad a los casinos y sitios de juego online
Este último requisito es muy importante dentro del ámbito del aprendizaje y la educación. Los adultos pueden estar tranquilos a la hora de pensar que una página web de juegos de azar regulada por Ley no va a permitir que un menor pueda hacer uso de ella con dinero real.
En definitiva, la regulación en España de los juegos de azar ha traído consigo una mayor transparencia y seguridad. La garantía de contar con un organismo como la Dirección General de Ordenación del Juego es un factor diferencial desde hace yas siete años en internet.