Las rabietas son algo natural en la conducta de los niños y niñas desde una edad temprana. Los bebés también tienen rabietas, en algunas ocasiones éstas pueden ser muy intensas y convertirse en un verdadero reto para las familias. El bebé está inmerso en un periodo de aprendizaje sinigual y puede aprender a responder con rabietas, lo cual podría extenderse a posteriores etapas del desarrollo. Es fundamental prestar evitar las rabietas del bebé y aprender a reaccionar ante ellas para que esto deje de ocurrir.
¿Por qué tienen rabietas los bebés?
Las rabietas son una conducta habitual en determinadas etapas del desarrollo. Los bebés también tienen rabietas. En el caso de los bebés, tenemos que considerar que aún no han desarrollado el lenguaje y que por lo tanto usaran otros recursos para poder expresarse. Cuando experimentan frustración la rabieta es la mejor manera de manifestarlo.
El bebé tiene rabietas cuando siente frustración. La frustración que siente por no poder hacer lo que quiere, cuando le decimos que no o le ponemos límites, o simplemente cuando algo no le gusta es expresada mediante gritos, lloros, etc.
¿Cómo podemos prevenir y controlar las rabietas de los bebés?
Las rabietas de los bebés son algo natural. Con el tiempo, a medida que vayan desarrollando el lenguaje y sus habilidades comunicativas, así como su tolerancia a la frustración, las rabietas irán remitiendo poco a poco. Sin embargo, pueden generalizarse, hacerse más frecuentes e intensas y extenderse a etapas posteriores del desarrollo. Es muy importante seguir algunos consejos para prevenir y controlar las rabietas de los bebés.
- Para controlar las rabietas de los bebés, intenta evitar que ocurran y para ello, trata de encontrar el equilibrio entre los límites que les ponemos y su nivel de tolerancia a la frustración. Es decir, debemos mantener los límites, pero podemos hacerlo gestionando su tolerancia a la frustración. Si introducimos nuevos límites o situaciones debemos hacerlo poco a poco para que vayan tolerando la frustración. Es el caso de los conocidos periodos de adaptación.
- En el caso de que se produzca la rabieta, evita reforzarla, trataremos de tranquilizarle, pero sin reforzar. Se trata de ofrecer afecto y no retirar el afecto, pero no ceder en nuestros límites. Si tiene una rabieta porque no puede jugar con algún objeto, podemos acunarle para que se calme, pero no le damos el objeto.
- Tampoco castigues su rabieta, se trata de no prestar atención a la misma. Trátalo como algo natural, que debe aprender a gestionar y ayúdale a ello. Cuando el bebé tiene una rabieta no puede evitarlo, por lo tanto castigarle no nos va a servir de nada, solo empeora la situación.
- En algunos casos puede ser conveniente esperar unos minutos hasta que se relajen, de este modo empezaran a desarrollar estrategias para tolerar la frustración.
- Evita la tensión, evita los gritos y ponerte nervioso. Es muy importante mantener la calma, recuerda que los estados emocionales se contagian y cuando mantenemos la calma ayudamos al bebé a calmarse, en cambio si nos ponemos tensos contribuimos a incrementar la tensión del bebé.
Celia Rodríguez Ruiz Psicóloga y Pedagoga
@educa_aprende