Mi hijo me lleva la contraria en todo, ¿Qué puedo hacer?

por qué los hijos llevan la contraria

Mi hijo me lleva la contraria en todo: La convivencia familiar se ve alterada frecuentemente cuando los hijos no obedecen, desafían, llevan la contraria y tienen un “no” como respuesta. Esta situación preocupa a los padres, quienes a veces no logran entender dicho comportamiento y desean saber qué pueden hacer al respecto.

Hoy en día somos parte de una sociedad heterogénea, con grandes diferencias que han llevado a la necesidad de ir fomentando normas y límites para una adecuada convivencia.

Igual que sucede en la sociedad, en una familia se necesitan normas y límites. Como cita la psicóloga Silvia Álava Sordo de Madrid, en su libro “Queremos hijos felices. Lo que nunca nos enseñaron”. Quien explica que “los niños necesitan normas y límites, y cuando no los tienen, están muy perdidos, no saben qué es lo que tienen que hacer, qué es lo que se espera de ellos, y tampoco saben qué camino deben elegir”.

La mayoría de los expertos coinciden en que poner límites a ciertas conductas es indispensable.

Entre las distintas inquietudes y quejas de los padres, una que nunca falta es la de que “Mi hijo me lleva la contraria en todo”, lo cual puede generar en la familia desacuerdos y oposición, con una importante carga para los padres y una situación de estrés en ambas partes.


¿Qué hago, por qué los hijos llevan la contraria? Causas

  • A menudo, forma parte normal del crecimiento en las etapas de infancia y adolescencia, cuando el desarrollo cognitivo y emocional pasa por una fase de contradicciones, en la cual se quiere ser independiente y tomar sus propias decisiones.

Es por ello, que los jóvenes pueden mostrar una actitud desafiante, testaruda, caprichosa e irritable, con frecuentes rabietas.

Las edades en las que se suele ver este comportamiento son entre los 2 a 4 años, de los 7 a 9 años y en la adolescencia. Por consiguiente, es muy importante que los padres conozcan esta fase conflictiva y normal en sus hijos, para que puedan manejarla adecuadamente y eviten su extensión.

  • El tipo de educación: es otro factor que puede provocar una actitud discordante y opositora en los hijos, sobre todo cuando los padres suelen ser muy rígidos, de mucha autoridad y de castigos, lo cual puede provocar desacato de las normas y límites, resentimiento, revancha, rebeldía y hasta retraimiento con baja autoestima.
  • Las conductas aprendidas: son otra de las causas señaladas en provocar una actitud contradictoria y opositora de los hijos, ya que ellos imitan lo que observan y escuchan, bueno o malo.
  • Para llamar la atención, cuando se sienten desatendidos o celosos.
  • Cuando los límites y normas establecidos no son fijos, puede provocar inseguridad y desorientación en lo hijos.
  • Castigos severos.

Las anteriores, son algunas de las posibles causas de por qué los hijos llevan la contraria a los padres. Los expertos consideran que este comportamiento a menudo es normal, que forma parte de un desarrollo emocional de autoafirmación, donde los hijos quieren demostrar sus necesidades y puntos de vista con una oposición de vez en cuando, principalmente cuando se sienten cansados, con hambre o ante situaciones de estrés.

No obstante, cuando esta actitud es muy frecuente y se mantiene en el tiempo, se pueden presentar dificultades en la convivencia familiar, social y escolar, lo que amerita mayor atención, ya que puede tratarse de un trastorno de desafío y oposición hacia figuras de autoridad que interfiere negativamente en el niño.


¿Cómo se debe actuar en estos casos?

Lo que los expertos aconsejan es lo siguiente:

  • El estilo de crianza que se aconseja para los hijos es el democrático, ya que los padres le ponen límites que le darán seguridad y apoyo, pero también deben ser flexibles y comprensivos con algunas demandas de los hijos.
  • Los padres deben estar muy atentos con el modo que proceden delante de los hijos, ya que son espejos ante ellos y cualquier actitud de enfado, protestas, ira o malas caras, serán conductas que los hijos aprenderán.
  • Se deben evitar los gritos y los insultos, es mejor hablar manteniendo la calma, pero siendo firme de no sobrepasar los límites ni las normas establecidas, explicándoles que existen los desacuerdos y que es válido que comunique su punto de vista.
  • Los límites y normas se deben mantener de manera respetuosa, dando opciones.

No te agobies y sigue estos consejos

Los expertos en psicología infantojuvenil explican, que no debe ser tan preocupante que los hijos protesten o lleven la contraria y muestren otros puntos de vista, siempre y cuando no se convierta en algo cotidiano o permanente y haga difícil la convivencia familiar.

Los límites y normas establecidas por los padres forman parte de la formación y orientación de los hijos que se desenvuelven en una sociedad, donde existen normas y debe existir el concepto de respeto.

Cuando los hijos llevan la contraria la paciencia debe ser primordial y los padres se deben ajustar a su nivel de edad, haciéndoles entender que puede haber desacuerdos y que no siempre se puede conseguir lo que se quiere.

Finalmente, cuando la actitud opositora o las protestas se tornan persistentes e intensas se debe buscar ayuda especializada.

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