Las peleas entre hermanos son un clásico en todas las familias, y en cierto modo, es algo natural y sano.
La mayoría de los hermanos y hermanos se pelean, estas peleas son algo natural en el desarrollo. Según los estudios estas peleas son frecuentes entre los 6 y los 12 años, y remiten en la adolescencia. Son más frecuentes entre hermanos del mismo sexo y con poca diferencia de edad.
Los conflictos forman parte de la interacción entre personas, y una relación tan especial en la que se comparten tantas cosas y se rivaliza por todo, no está libre de conflictos. A pesar de ser algo natural, los conflictos entre hermanos pueden llegar ser muy frecuentes e intensos, e incluso convertirse en verdaderas batallas, y las familias a menudo se desesperan.
La relación entre hermanos
La relación entre hermanos es una de las relaciones más especiales e intensas de las personas, es una relación en la que se comparten muchas cosas tanto buenas como malas, en el seno de la cual se aprenden muchas cosas y que no está libre de conflicto. Los hermanos, son los primeros amigos que tenemos, son los únicos familiares de nuestra edad, y también son nuestros primeros rivales y en ocasiones enemigos.
La relación entre hermanos es una relación muy especial. Los hermanos comparten edad, patrones educativos y contextos familiares, y viven experiencias similares a las nuestras en la misma etapa de la vida. Los hermanos de este modo se convierten en nuestros primeros compañeros de juegos, nuestros primeros amigos, pero también en nuestros primeros rivales y enemigos.
La relación con nuestros hermanos nos permite aprender, interpretar y sentir nuestras primeras interacciones sociales con iguales. En el seno de dicha relación son muchas las experiencias y múltiples los aprendizajes.
Por qué las peleas entre hermanos
Las peleas forman parte de estas primeras experiencias. Los niños están aprendiendo a relacionarse y necesitan también aprender a defender sus intereses, y saber reaccionar ante los conflictos.
Los conflictos son algo natural y, en cierto modo, sano, los niños tienen que desarrollar habilidades para resolver conflictos.
La relación entre hermanos es una relación muy especial que puede y suele estar repleta de amor, enfado, celos, y en ocasiones de odio. Las peleas entre hermanos son muy frecuentes, y suelen desesperar a la familia.
9 Consejos para acabar con las discusiones entre hermanos
El papel de los padres en las peleas ante hermanos es muy importante para evitar que se produzcan y para enseñarles formas de entenderse y de solucionar sus conflictos. El objetivo ha de ser enseñarles a resolver sus conflictos.
- Los conflictos son parte natural de las relaciones humanas, por lo tanto acabar con ellos es imposible, lo que sí que podemos hacer es enseñarles a solucionar sus conflictos.
- En primer lugar debemos cambiar la visión negativa que tenemos de los conflictos. Los conflictos no son malos, son algo natural en las relaciones, y pueden ayudarnos a conectar con el otro y fortalecer los lazos, a través de una solución enriquecedora para ambos.
- También debemos cambiar nuestro modo de ver la solución de los conflictos. A menudo tendemos a ver la solución del conflicto como algo unilateral donde hay un vencedor y un vencido. Si vemos así la solución, normal que veamos el conflicto como algo negativo. La solución debe partir del acuerdo, y procurar que ambas partes ganen y se sientan bien. Compartir es mejor que ganar.
- No hagas comparaciones entre hermanos. Ni siquiera cuando no haya pelea, esas comparaciones pueden provocar diferentes emociones en comparación con el otro y pueden desencadenar futuros conflictos e incluso empeorar el conflicto ya desarrollado.
- Cuando los niños tengan conflictos, pídeles que se sienten juntos y que hablen. En un primer momento tendrás que moderar, se trata de que ambos puedan escucharse y llegar a comprenderse. Recuerda mantenerte parcial y procurar una escucha activa, ayuda a los niños a ello, recuerda decirles cosas como “parece que te has sentido…por…”, etc.
- Pídeles a ambos que propongan soluciones. Una vez escuchadas las partes, ofréceles alternativas y soluciones al conflicto. Debate con ellos las diferentes opciones y escoged entre todos la mejor.
- Desarrolla la empatía y la asertividad. Se trata de que aprendan a defender sus derechos pero respetando al otro y siendo capaces de ponerse en su lugar.Para ello una buena idea es separarlos, enseñarles a tranquilizarse y una vez tranquilos escucharse el uno al otro. El papel de los padres ha de ser de mediador, no de juez. Es decir como padres también escuchamos ambos puntos de vista y no nos ponemos a favor de ninguno.
- Con niños muy pequeños, menores de 5 años, esto puede ser más complicado. Procuraremos dejar que cada uno tenga su espacio para evitar algunos conflictos y buscaremos soluciones equitativas, aunque no hagamos debate.
- Presta atención a tus reacciones cuando peleas con tu pareja, con otros familiares, etc. Los niños aprenden más de lo que ven, que de lo que les decimos.