A veces tenemos una tendencia de mentir a los niños y niñas, a menudo son mentirijillas piadosas para evitar hablar de ciertos temas, como la muerte o el sexo; otras veces son mentiras para evitar que sufran y adornarles algún acontecimiento adverso; otras veces simplemente les mentimos para convencerles de algo, o evitar que hagan algo. Puede que estas mentiras sean, al menos aparentemente, efectivas, pero a la larga pueden tener consecuencias negativas.
Las mentiras en los niños y niñas
Mentir es una conducta que forma parte del repertorio de las personas, todos en algún momento hemos dicho alguna mentira, más o menos importante. Las mentiras nos sirven para evitar consecuencias negativas o como aparente cobertura psicológica a algún problema. Pero cuando mentimos solo desviamos la atención del conflicto o problema y no lo solucionamos. Y si se trata de mentiras esporádicas, aunque no sean aconsejables, no tiene más importancia, pero cuando las mentiras se generalizan podemos tener un problema importante, con graves consecuencias.
Es importante educar a nuestros niños y niñas para que eviten las mentiras, y que no desarrollen esa conducta como parte habitual de su repertorio, y uno de los pasos más importantes para lograrlo es evitar mentir a los niños y niñas, ya que educamos más con nuestro ejemplo que con lo que les decimos.
¿Qué ocurre cuando mentimos a los niños y niñas?
Cuando mentimos a los niños y niñas, no lo hacemos con malas intenciones o pretendiendo causarles un perjuicio, sin embargo cuando les mentimos tenemos consecuencias negativas:
- Por un lado al no contarles la verdad sobre ciertas realidades, les ayudamos a crear una visión distorsionada de la realidad, a veces algo fantástica, que puede chocar con otra información que reciben.
- Por otro lado les enseñamos que mentir es aceptable en ciertas ocasiones, les mostramos que la mentira puede ser utilizada y que nosotros la utilizamos. Es decir, en cierto modo al mentirles, les estamos enseñando a mentir.
- Además, si les mentimos los niños y niñas poco a poco pierden al confianza en nosotros y dejaran de contarnos cosas, de preguntarnos sus dudas, etc.
No debemos mentir a los niños, ya que al hacerlo les confundimos, estropeamos la confianza y la comunicación y les enseñamos a mentir.
Pautas para hablar con los niños sin mentirles
A veces, según qué temas o situaciones puede ser complicado hablar con los niños y niñas y explicarles ciertas cosas sin recurrir a las mentiras. ¿Qué podemos hacer en estos casos?
- Diles la verdad, pero ajustada a su edad y nivel de desarrollo. Es decir, cuando nos preguntan sobre la muerte, sexo u otros temas complicados. Debemos decirles la verdad con un vocabulario adaptado a su edad.
- Cuando nos cueste hablar de algún tema, en lugar de mentirles, podemos decirles luego te lo explico y prepararnos para hablar con ellos.
- Habla siempre con naturalidad y confianza, contribuye a crear un clima positivo.
- Si la verdad puede dañarles, busca un buen momento para hablar con ellos. Las adversidades ocurren, y ocultárselas es contraproducente, nuestra labor es apoyarles y enseñarles cómo enfrentarse a los acontecimientos negativos. Busca el mejor momento, y habla con ellos con naturalidad, escucha sus emociones y transmite las tuyas.
- Es preferible decirles, ahora no quiero hablar de eso, antes que mentirles.
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