A todos los niños les encanta jugar y relacionarse con otros niños, necesitan pertenecer a grupos de iguales y ser aceptados por otros niños de su edad. Pero en algunos casos está necesidad es tan grande que se dejan influenciar y no saben defenderse. Son niños que aceptan condiciones e imposiciones y, aunque parezcan cosas de niños, pueden ser peligrosas para su autoestima ya que vulneran el respeto y el auto respeto. “Si quieres jugar tienes que hacer esto….” “Si quieres estar con nosotros tienes que dejarnos tus juguetes”, etc. Son demandas que algunos niños aceptan sin respetar sus propios gustos y deseos. Cuando un niño se deja influenciar es motivo de preocupación para las familias ¿qué podemos hacer en estos casos?
Las relaciones sociales en la infancia
Las personas somos seres sociales por naturaleza, necesitamos relacionarnos con los demás para nuestro bienestar. Desde la infancia comenzamos a interactuar y es en esta época cuando se asientan las bases de las habilidades sociales que determinaran nuestras futuras relaciones.
Los niños necesitan relacionarse y socializarse con otros niños de su edad para lograr un desarrollo sano. En la infancia el grupo de amigos cobra mucha importancia, los amigos cubren dos necesidades humanas básicas:
- La necesidad de pertenencia a un grupo. Esta necesidad nos permite definir nuestra identidad dentro de un grupo. En este proceso se adoptan como propias las características del grupo, la persona se define con las señas de identidad del grupo y además el rol que cada uno ocupa en el grupo nos sirve como base para definirnos y crear nuestra identidad.
- La necesidad de ser aceptados por los congéneres. El ser humano necesita sentirse querido y aceptado, de esta manera se percibe digno de aceptación y de estima. Y estas son las bases de una sana autoestima.
Cuando estas necesidades no son cubiertas y se produce una situación de aislamiento o unas relaciones tóxicas, pueden aparecen graves consecuencias para el bienestar del niño, como baja autoestima, carencia de habilidades sociales, pobre autoconcepto, e incluso llegar a situaciones de acoso escolar, y aislamiento social.
¿Por qué algunos niños se dejan influenciar?
Cada persona tiene ciertos rasgos de personalidad innatos, que se van moldeando a través de las experiencias vividas. No todos los niños son iguales, algunos serán más tímidos e inseguros y si además no tienen habilidades para defender sus opiniones y deseos pueden convertirse en niños que se dejen influenciar.
Las primeras experiencias sociales son muy importantes y pueden marcarnos para el resto de interacciones. Algunos niños por su carácter pueden tener una mayor predisposición a convertirse en niños influenciables.
Cuando el niño tiene dificultades para cubrir las necesidades mencionadas de pertenencia y de ser aceptado, estas se incrementan y se convierten en prioridad para el niño. Esto no ocurre a nivel racional, sino a nivel afectivo, el niño necesita tener amigos y antepondrá eso a sus propios derechos y por esto aceptara imposiciones y condiciones aunque no las comparta. Pueden incluso, llegar a asegurar que eso es lo que prefieren y poco a poco dejan de respetarse y de quererse.
¿Qué podemos hacer para ayudar al niño que se deja influenciar?
Cuando un niño se deja influenciar es habitual que aparezcan las preocupaciones entre familias y educadores y no siempre sabemos muy bien cómo actuar.
- En primer lugar es esencial entender al niño, sus miedos, sus necesidades y porque se deja influenciar.
- Evitaremos etiquetarle, o juzgarle, ya que podemos hacerle daño. En lugar de criticar al niño, como por ejemplo diciendo: “No tienes personalidad, tienes que aprender a defenderte”, tenemos que cambiar el discurso y hablar de la conducta, y reforzar los recursos y cualidades del niño: “Eres muy bueno y muy inteligente, pero eso que haces cuando juegas con los demás podemos intentar cambiarlo”.
- Ayúdale desde casa a desarrollar su asertividad (habilidad para defenderse y dar su opinión sin atacar). En casa y en familia tenemos un espacio seguro para que el niño aprenda a defenderse, en lugar de imponer nuestra opinión debemos dejar que se defienda y que desarrolle estas habilidades.
- Educa con tu ejemplo. Presta atención a tus reacciones e interacciones y trata de no dejarte manipular. Cuando haya alguna situación complicada con alguna amistad, podemos explicárselo al niño para que vea que a veces los demás intentan manipularnos y también explicarle cómo podemos hacerlo para decir que no sin atacar.
- Ensaya situaciones tipo en casa. A veces les decimos a los niños lo que tienen que hacer, pero nos olvidamos que no saben cómo hacerlo. Para enseñarles podemos ensayar situaciones con diferentes alternativas.
- Desarrolla su autoestima, para ello indaga en cómo interpreta la opinión que tienen los demás sobre él y cómo se siente con esas opiniones. Por ejemplo: ¿Por qué crees que tu amigo te ha dicho esto? Y ¿cómo te sientes con eso que te ha dicho?
- Procura un ambiente donde pueda interaccionar con otros niños y con otras personas y practicar diferentes habilidades.
Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga y Pedagoga
Este artículo me hizo volver a mí niñez, muchas veces pasé por ese tipo de situación, sólo que no tuve alguien quien me orientara de esa manera. Aunque puedo decir que con el tiempo me dí cuenta, quizás ya de 15, 16 años, muchos adultos todavía siguen actuando de esa manera para conseguir aceptación en diferentes grupos