A menudo nos preocupamos por nuestra felicidad y la de nuestros niños y niñas, pero ¿Qué ocurre con los bebés?, ¿Qué necesita el bebé para crecer feliz? Cuando un bebé nace, comenzamos a preocuparnos por su bienestar y deseamos su felicidad futura, pero ¿cuándo debemos comenzar a preocuparnos por la felicidad de los pequeños? ¿Los bebés pueden ser felices o todavía son ajenos al bienestar y el malestar? ¿Podemos hacer algo para que nuestro bebé sea feliz?
El estado emocional del bebé
Los bebés no pueden comunicarnos su estado emocional y tampoco tienen un pensamiento complejo, por eso a menudo nos preocupamos de su desarrollo físico y de atender sus necesidades, como garantía de su bienestar. Sin embargo, a menudo dejamos en un segundo plano la atención a otro tipo de aspectos de carácter emocional.
El bebé necesita que atendamos sus necesidades básicas, pero entre estas necesidades también encontramos las necesidades afectivas, es un error pensar que no podemos favorecer su bienestar desde un primer momento.
¿Qué necesita un bebé para crecer feliz?
Cierto es que el bebé aún está en desarrollo y no tiene experiencias vitales que supongan acontecimientos negativos o ataques contra su persona. Pero también es cierto que es necesario trabajar desde un primer momento para el desarrollo de capacidades que garanticen su felicidad, capacidades que le hagan fuerte para afrontar las adversidades. Veamos lo que necesita un bebé para crecer feliz:
- El bebé necesita seguridad afectiva. Es decir tiene que confiar en el afecto de sus figuras más cercanas. Cuando el bebé desarrolla inseguridad en relación al afecto de sus figuras más cercanas, desarrollará ansiedad y dependencia. En cambio el bebé seguro será un bebé feliz.
- El bebé necesita afectos y experiencias que le permitan desarrollar vínculos con las personas más cercanas. El bebé, al igual que los adultos necesita estrechar lazos afectivos con sus personas más cercanas, así como relacionarse con diferentes personas.
- El bebé necesita un clima positivo y de amor para crecer feliz. Debemos procurar que el ambiente familiar y las relaciones entre los miembros de la familia sean sanas y positivas.
- El bebé necesita muestras de afecto, abrazos, besos, palabras de amor, gestos de cariño.
- El bebé necesita juego para ser feliz. Cuando jugamos con el bebé además de impulsar su desarrollo y fomentar su aprendizaje, le estamos ayudando a liberar posibles tensiones y estamos generando emociones positivas.
- El sentido del humor y la risa son necesarias para la felicidad del bebé. El sentido del humor y la risa, contribuyen a experimentar emociones positivas y cuantas más emociones positivas tenga el bebé, mayor será la sensación de bienestar y está tendencia se mantendrá en un futuro.
- El bebé necesita relacionarse con otros bebés y niñ@s. Aunque las relaciones sean aún precarias. Los seres humanos somos seres sociales por la naturaleza y nuestra felicidad también se apoya en lo ricas que sean nuestras interacciones con los demás. Es importante ofrecer al bebé la oportunidad de relacionarse con los iguales.
Celia Rodríguez Ruiz
Psicóloga y Pedagoga
@educa_aprende