Dentro de la interminable lista de material escolar, siempre hay algo que las escuelas no mencionan, pero que los padres no olvidan: la mochila. Es el accesorio ineludible de todo estudiante, sea de colegio, de instituto o incluso de un centro universitario. Es lo que nos acompaña durante incontables años de nuestra vida y que, de una forma u otra, influye en cómo crecemos y en cómo afrontamos cada jornada escolar.
Parece algo baladí, pero la elección de una buena mochila escolar es crucial. Cada vez más padres lo tienen claro y tú, que eres parte de ese creciente grupo, estás aquí precisamente por eso. Porque quieres saber cómo elegir una buena mochila para tus hijos.
Cómo elegir las mejores mochilas para niños por edades
No es una tarea fácil dar con una buena mochila escolar infantil. Los niños y niñas están en constante crecimiento y sus necesidades van cambiando conforme a su estatura y la exigencia del centro escolar en el que están. Puedes encontrar catálogos perfectamente separados por edades en toda clase de tiendas, incluso echar un vistazo a las mochilas de tutete si tienes hijos que ya están «creciditos».
Pero, ¿Qué pautas son aconsejables para comprar una buena mochila infantil? Aquí vamos a repasar aspectos como el tamaño, la carga máxima o incluso el tipo de mochila más aconsejable. Todo lo que debes tener en cuenta si quieres que tus pequeños vayan al cole sin que su espalda sufra, ni tampoco sus hombros, ni su cuerpo en general, por culpa de una mala mochila.
Tamaño de la mochila en función de la edad
Según la edad, el niño tendrá una estatura diferente, como también tendrá diferentes libros, libretas y material escolar que llevar en su mochila. Por eso, el criterio de la edad es uno de los más importantes a la hora de determinar no solo el tipo de mochila que debe llevar, sino sus dimensiones. Estos son los tamaños adecuados para mochilas escolares en base a la edad del niño:
- Entre 2 y 3 años – Mochila de entre 22 y 25 centímetros de largo.
- Entre 3 y 4 años – Mochila de entre 26 y 31 centímetros de largo.
- Entre 4 y 6 años – Mochila de entre 31 y 35 centímetros.
- Entre 5 y 7 años – Mochila de entre 35 y 40 centímetros.
- Entre 7 y 13 años – Mochila de 40 centímetros o más.
Bien es cierto que la altura de una persona es algo muy variable, y que no todos los niños miden lo mismo, más estando en edades que son de puro desarrollo a todos los niveles. Por eso, toma estas medidas como referencia, pero no te guíes al 100% por ellas.
Una cuestión de peso
Obviamente, algo muy importante en una mochila es que pese poco pero que, al mismo tiempo, tenga espacio y capacidad para llevar la carga adecuada de materiales de escuela. Aunque tenga que llevar muchos libros, estuches, libretas, cuadernos, ficheros o lo que pida el profesorado, hay muchas voces que subrayan un dato que consideramos esencial: el peso de la mochila cargada no puede ser más del 10% del peso del niño.
¿Qué significa esto si no tienes ganas de hacer cuentas? Que cojas lo que pesa tu hijo o hija y lo dividas entre 10. Por ejemplo, si pesa 35 kilos, la mochila con todo el material no puede pesar más de 3,5 kilogramos. De lo contrario, puedes causarle lesiones en espalda y hombros que influyan en su postura y crecimiento.
Ciertamente, es complicado controlar esto por la cantidad de cosas que hay que llevar, o traer, del colegio. Pero intenta tenerlo controlada esta variable y, por supuesto, asegúrate de que la mochila esté preparada para soportar esa carga, y quizá un poco más, como máximo.
¿Qué tipo de mochila es mejor?
Lo habitual es ver mochilas a la espalda o mochilas en carritos. Siempre es más aconsejable la primera opción por su comodidad y por lo fáciles que son de llevar, sin embargo, en caso de que sea imposible que la carga de la mochila sea inferior a ese 10% del que hablábamos antes, sí es aconsejable usar mochilas con carrito o con trolley. Son otra opción, mejor para evitar lesiones de hombros y espalda, pero que también pueden ser dañinas para los brazos si se abusa de ellas.
Por otra parte, siempre es bueno que la mochila tenga refuerzos acolchados en la parte que está en contacto con la espalda. De este modo, si hay algún libro mal colocado, no se «clava». Si disponen de compartimentos para separar lo que se guarda, mejor, al igual que correas de buenos materiales y que sean perfectamente ajustables. Es aconsejable, incluso, que tengan un cierre delantero para ajustarse mejor al pecho y espalda, garantizando una postura adecuada y una buena distribución de todo el peso a llevar.