En ocasiones los niños y niñas presentan conductas agresivas, que pueden ser verbales o físicas a modo de insultos, contestaciones, golpes, empujones, lanzar objetos, etc. Este tipo de conductas genera una preocupación en las familias y provoca dificultades en las relaciones sociales de los pequeños.
Es necesario conocer las causas de las conductas agresivas, entender al niño agresivo y actuar para modificar esas conductas por otras más favorables.
Conducta Agresivas
La conducta es una acción que ocurre en respuesta a una emoción y viene determinada por diversos factores. La emoción es la base que dirige la conducta. Dicha emoción se acompaña de dimensiones del contexto: familia, escuela y sociedad, siendo este contexto el responsable del aprendizaje de modelos de conducta determinados y donde se aportan contingencias que moldean los actos. Las emociones y el contexto, se unen a un grupo de variables personales, como el temperamento.
Esta conjunción de factores puede dar lugar a una respuesta agresiva.
Dicho de otro modo, la conducta agresiva nace por una emoción que produce un malestar emocional, como la rabia, la frustración, el enfado, … El niño necesita dar respuesta a esa emoción y dejarla salir, en su contexto puede tener modelos agresivos y reforzadores de la conductas violentas, y al carecer de estrategias para regular sus emociones, la única manera que sabe de responder es a través de la agresividad.
Cómo son las emociones responsables de las conductas agresivas
Dos dimensiones de las emociones van a determinar el temperamento y son las responsables directas del desarrollo de la conducta violenta. Estas dimensiones son:
- Emocionalidad: definida como la facilidad e intensidad con la que las emociones son desencadenadas y experimentadas por el niño.
- Regulación emocional: las estrategias para manejar esa activación emocional.
La secuencia de las Conductas Agresivas
Cuando un niño reacciona de forma violenta, golpeando a sus iguales o peleándose frecuentemente con ellos. Se produce una reacción por parte de los otros niños de rechazo e incluso los adultos reaccionan juzgando al pequeño. Se produce entonces una secuencia, el niño agresivo es consciente de ese rechazo y experimenta malestar que le conduce a incrementar su agresividad y de este modo aparece una cadena de conductas agresivas y de consecuencias negativas.
Consejos para mejorar la conducta de los niños y acabar con las conductas agresivas
- Dota al niño de estrategias de autorregulación emocional, entendidas como la habilidad de dar una respuesta adaptada a sus estados emocionales.
- Entrenamiento en autocontrol de los impulsos. Es fundamental ayudarles a controlarse.
- Desarrolla la competencia social del niño. Para ello ayúdale a adquirir estrategias de resolución de problemas y conflictos, empatía, asertividad, etc.
- Analiza las contingencias que desde la familia o escuela recibe el pequeño. Sin darnos cuenta podemos estar reforzando las conductas agresivas del niño, si le damos lo que quiere para que cese esta conducta o le prestamos atención.
- Evita cualquier tipo de agresividad en tu estilo de crianza, los gritos y los castigos, pueden constituir tipos de violencia. Los pequeños pueden tomar como modelo de actuación este tipo de reacciones, aprenden que ante un enfado lo normal es gritar.
- Crea un clima de seguridad y confianza donde los niños y niñas puedan expresarle sin miedo.
- Habla de tus emociones y de las suyas para lograr una identificación de las mismas.
- Desarrolla su autoestima, su seguridad y su confianza, le ayudarán a comprender determinadas situaciones sociales y evitar determinados estados emocionales.
- Evita la visualización de escenas violentas en los medios de comunicación.
- Refuerza positivamente sus logros.
gracias por compartir sugerencias, asertivos sus consejos me han funcionado favorablemente con mi hija.