Ser madre es una labor muy bonita, pero también puede ser complicada. Aquellas mujeres que deciden ser madres se enfrentan a una gran tarea, llena de sensaciones nuevas, de responsabilidades y, a menudo, con muchos cambios en su vida. Aunque todos tenemos la imagen de madre perfecta, de madre feliz que cumple con uno de sus deseos, hoy en día la realidad suele alejarse de este ideal. Ser madre, y compaginar esta labor con su carrera profesional y su papel social puede ser en algunos momentos agotador. Hoy en día son muchas las madres que se enfrentan a un rol de madre multitarea, estancado en un modelo social y en unas exigencias a menudo difíciles.
El síndrome de la mala madre
Cuando una mujer se enfrenta a la maternidad, a pesar de la ilusión por esta nueva etapa y esta nueva tarea, puede encontrarse con una situación a veces complicada. Las madres tradicionales, solían limitarse a su papel de madre, dejando en un segundo plano otras facetas de su vida. Sin embargo, hoy en día hemos avanzado bastante y la mujer tiene un nuevo rol social y profesional, un nuevo rol que trata de desempeñar junto a su labor de madre.
A menudo las madres de hoy en día se enfrentan a un papel multitarea, a una complicada misión: se preocupan por desarrollar su carrera profesional, por atender su vida social, por cuidarse, y por ser buenas madres.
El nivel de exigencia, que con frecuencia se impone la mujer que trata de hacerlo todo y hacerlo bien, puede dar lugar a lo que se conoce como el síndrome de la mala madre.
El síndrome de la mala madre, es un síndrome que aparece cuando la mujer se ve desbordada por la presión de hacerlo todo y hacerlo bien, por ser perfecta en todas las facetas de su vida y se siente culpable por no ser una madre perfecta. Por no ser el tipo de madre que puede con todo.
La sociedad ha cambiado y, al igual que ha cambiado el papel del padre, por un padre que se implica en la educación y crianza de los hijos, también es fundamental que se produzca un cambio en el rol de la madre. No es necesario ser una madre perfecta.
¿Por qué es importante ser una madre feliz?
¿Por qué es importante ser una madre feliz? Porque la felicidad de las madres tiene un impacto directo en la felicidad de sus hijos y de su familia. Veamos algunos de los beneficios de ser una madre feliz:
- Aumenta la salud física y mental. Las madres felices tienen menos estrés, ansiedad y depresión, lo que se traduce en un mejor funcionamiento del sistema inmunológico, cardiovascular y nervioso. Además, las madres felices tienen hábitos más saludables, como hacer ejercicio, comer bien y dormir suficiente.
- Facilita la relación de pareja. Las madres felices tienen una mayor satisfacción marital, ya que se comunican mejor con sus parejas, expresan sus sentimientos y necesidades, y comparten el cuidado de los hijos. Además, las madres felices tienen una mayor intimidad y pasión con sus parejas, lo que refuerza el vínculo afectivo y sexual.
- Mejora la relación con los hijos. Las madres felices tienen una mayor conexión emocional con sus hijos, ya que les prestan atención, les escuchan, les comprenden y les apoyan. Además, las madres felices tienen un estilo educativo más positivo y flexible, basado en el amor, el respeto y la confianza.
- Facilita el desarrollo de los hijos. Los hijos de madres felices tienen una mayor autoestima, seguridad y autonomía, lo que les ayuda a enfrentarse a los retos de la vida con más recursos y habilidades. Además, los hijos de madres felices tienen un mejor rendimiento académico, social y emocional, ya que aprenden a través del ejemplo.
Como ves, ser una madre feliz tiene múltiples ventajas para ti y para tu familia. Pero ¿cómo puedes lograrlo? A continuación te damos algunos consejos prácticos para aumentar tu felicidad como madre.
Beneficios para tus hijos
- Desarrolla su autoestima. Los hijos de madres felices se sienten más queridos, más valorados y más respetados. Se sienten más seguros de sí mismos, de sus capacidades y de su identidad. Se quieren más y mejor.
- Mejora su inteligencia emocional. Los hijos de madres felices aprenden a reconocer, expresar y gestionar sus emociones de forma adecuada. Aprenden a ponerse en el lugar de los demás, a comunicarse con respeto y a actuar con optimismo.
- Fomenta su resiliencia. Los hijos de madres felices aprenden a enfrentarse a las dificultades, los obstáculos y los fracasos con confianza y perseverancia. Aprenden a adaptarse al cambio, a superar los problemas y a crecer con las experiencias.
- Facilita su creatividad. Los hijos de madres felices aprenden a explorar nuevas ideas, nuevas posibilidades y nuevos desafíos con curiosidad y entusiasmo. Aprenden a ser innovadores, originales y divertidos.
- Mejora su productividad. Los hijos de madres felices aprenden a ser eficientes, organizados y motivados. Aprenden a gestionar su tiempo, a priorizar sus tareas y a alcanzar sus objetivos.
- Consigue su felicidad. Los hijos de madres felices aprenden a ser felices. Aprenden a disfrutar del presente, agradecer lo que tienen y aspirar a lo que quieren. Aprenden a sentirse plenos, realizados y satisfechos.
Como ves, ser una madre feliz tiene múltiples beneficios para ti y para tus hijos. Beneficios que os harán vivir mejor, sentir mejor y relacionaros mejor. Beneficios que os harán crecer juntos como personas y como familia.
Los 10 hábitos de las madres felices
Para evitar el síndrome de la mala madre y dejar de sentirse culpable por no ser perfecta en todo, es muy importante aprender a ser una madre feliz. Se trata de hacer un cambio de hábitos hacía unos hábitos positivos para disfrutar del día a día y de todas las facetas.
- Deja de buscar la perfección. Se trata de aprender que no hace falta ser perfecta y atender a todo con rapidez.
- Respeta tu tiempo. A menudo las madres no tienen tiempo para ellas. Ser madre y tener tiempo puede convertirse en un verdadero desafío, pero se trata de respetar tu propio tiempo. No hace falta que sea demasiado tiempo, pero tener la propia parcela para alguna afición, para la soledad es necesario.
- Cultiva tus amistades, ya que son una fuente de cariño, compañía y consuelo.
- Aprende a pedir ayuda y compartir tareas. A veces nos exigimos tanto que nos cuesta pedir ayuda, no sé es peor madre por pedir ayuda.
- Asume tus fallos y no te sientas culpable. Todos tenemos fallos es algo natural.
- Dedica tiempo de calidad a tus hijos. A veces podemos sentirnos culpables por no pasar suficiente tiempo con ellos, pero no necesitan cantidad, sino calidad.
- Evita culparte por cosas que no te corresponden. A veces, las madres asumen la culpa cuando sus hijos hacen algo mal, y se sienten que fallan como madres, debemos alejarnos de esas concepciones erróneas.
- Olvídate de la autocritica y de cumplir con expectativas que nos obligan a la perfección.
- Disfruta del tiempo que pases con tus hijos. Deja de verlo como una obligación ante la que tienes que ser perfecta, deja de exigirte y disfruta de ese tiempo.
- Comprende que los niños no necesitan madres perfectas, pero sí madres felices.
© 2023 ▷ Educa y Aprende ➡➤ [ Madres felices: 10 hábitos que te harán sentir plena ] Escuela de padres ✏️👨🎓Celia Rodríguez Ruiz | Psicóloga y Pedagoga @educa_aprende