00El desarrollo motor (tanto fino como grueso) es indispensable para el correcto funcionamiento integral del niño y para la posterior adquisición de la escritura. Por tanto, un desarrollo motor disminuido (hipotonía) puede afectar la adquisición de actividades escolares posteriores; entre ellas la escritura y la lectura.
Entre los 3 y los 6 años los niños pueden presentar cierta inmadurez motriz que puede deberse a diferentes causas; desde trastornos, alteraciones genéticas, enfermedades degenerativas o falta de estimulación adecuada.
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¿Qué es la hipotonía?
La hipotonía es una condición en la que los músculos del cuerpo tienen una disminución del tono muscular, lo que significa que los músculos están más flojos de lo normal y no tienen la fuerza suficiente para realizar ciertos movimientos y actividades. La hipotonía puede ser congénita o adquirida, y puede afectar a diferentes partes del cuerpo, incluyendo los brazos, las piernas, el tronco y la cara. La hipotonía puede causar retrasos en el desarrollo motor, dificultades para realizar tareas simples como sentarse o pararse, y otros problemas relacionados con la función muscular y la movilidad.
Causas de la hipotonía
La hipotonía puede tener diferentes causas, que incluyen:
- Condiciones neuromusculares congénitas, como el síndrome de Down, la parálisis cerebral, la distrofia muscular y la mielomeningocele.
- Enfermedades neurológicas adquiridas, como la encefalitis, la meningitis, la lesión cerebral traumática y los accidentes cerebrovasculares.
- Trastornos metabólicos, como la aciduria glutárica tipo 1, la deficiencia de carnitina palmitoiltransferasa y la galactosemia.
- Problemas en el desarrollo fetal, como la falta de oxígeno durante el parto, el bajo peso al nacer y la exposición a sustancias tóxicas durante el embarazo.
- Factores genéticos, como mutaciones en los genes que controlan el tono muscular y la función neuromuscular.
Es importante consultar a un profesional de la salud para determinar la causa subyacente de la hipotonía y desarrollar un plan de tratamiento adecuado.
Consecuencias de la inmadurez motriz
La hipotonía puede tener diversas consecuencias en los niños, que pueden incluir:
- Retrasos en el desarrollo motor, como la incapacidad para sostener la cabeza, sentarse, gatear, caminar y correr.
- Dificultades para realizar actividades cotidianas, como vestirse, comer, beber y jugar.
- Problemas en el desarrollo del habla y el lenguaje, ya que los músculos faciales también pueden verse afectados por la hipotonía.
- Problemas emocionales y sociales, como la frustración y la baja autoestima debido a la incapacidad de realizar ciertas actividades que otros niños pueden realizar con facilidad.
- Mayor riesgo de lesiones, ya que los niños con hipotonía pueden tener dificultades para mantener el equilibrio y la estabilidad, y para responder rápidamente a los cambios en su entorno.
Es importante que los niños con hipotonía reciban una evaluación y tratamiento adecuados de profesionales de la salud, como fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y logopedas, para ayudarles a alcanzar su máximo potencial y mejorar su calidad de vida.
¿Cómo ayudar a los peques con un trastorno de inmadurez motriz?
Frente a un peque con algún tipo de inmadurez motriz, es importante tener en cuenta 2 áreas a trabajar:
Área sensoperceptiva
Se trata de la tarea que realiza el cerebro para procesar los estímulos que percibe de los sentidos. Esta acción es indispensable para poder procesar aspectos relacionados con el aprendizaje de la lectoescritura. Es decir, oler, tocar, mirar, oír y saborear resulta indispensable para el desarrollo psicomotor que dejará listas las bases neurológicas para la adquisición de la lectura y la escritura.
- Reproducción de sonidos y asociación con imágenes: Por ejemplo, trabajar los sonidos onomatopéyicos de animales o de objetos (medios de transporte) y asociarlos con las respectivas imágenes. De este modo, se estimula los músculos oro-faciales, indispensables para la correcta pronunciación.
- Reproducción e imitación gráfica y motriz: Por ejemplo, se puede estimular a los peques al trabajo con diferentes materiales (tempera, uso de crayones, lápices, acuarelas, etc) y sobre diferentes texturas: hojas de papel, madera, goma Eva, etc. Sobre cada superficie se les puede pedir a los peques que realicen trazos.
También se les puede pedir que imiten acciones verbales (movimiento y sonidos que realice el educador).
Orientación espacial
Permite a los niños sentirse orientados y poder moverse y situarse dentro del espacio. El desarrollo espacial favorece a que los niños logren la lateralización. Adicionalmente, sirve para diferenciar la derecha de la izquierda y situar objetos.
La orientación espacial tiene como ejes los siguientes aspectos:
- El equilibro (estático y dinámico) del propio cuerpo: Ejemplos: “mover el pie izquierdo”, “saltar en un solo pie”, “correr con la pata coja”, “mover los brazos de un lado al otro sobre la cabeza”, etc.
Se pueden realizar ejercicios combinados tales como: “mover el pie derecho mientras saluda con la mano izquierda” o “rascarse la nariz con la mano izquierda mientras se toca la oreja derecha con la mano derecha”, “saltar con el pie izquierdo 3 veces y luego cambiar y saltar 3 veces con el pie derecho”. - La orientación de sí mismo respecto de su entorno: Ejemplos: “caminar hacia la derecha, “girar una vuelta hacia la izquierda”, “dar 3 pasos hacia delante y luego 2 hacia atrás”.
- La orientación de otros respecto del entorno: Por ejemplo: “el armario está detrás de Juan y delante de Alicia”, “el cole está a 2 kilómetros de donde se encuentra Sofía”. También se puede trabajar aspectos como cerca, lejos, antes, después, etc.