Con regularidad es posible que los niños pierdan la paciencia o renuncien a alguna actividad por no obtener los resultados que desean con rapidez. De igual manera, es común que se sientan mal debido a que su progreso o avance no es igual al de los otros niños. Hoy os contamos la fábula de la hormiga y las pipas de sandía, para enseñar a los niños a ser pacientes.
Como padre es necesario conocer las herramientas correctas para tratar estos temas con los niños y de esta manera, explicarles que el proceso de cada individuo es diferente y que con la constancia se consigue el éxito en todo lo que se proponga.
Una manera divertida y además, muy útil de explicar y transmitir esta información es mediante las fabulas. Las mismas suelen ser cortas, fáciles de contar, divertidas y lo más importante cuentan con una reflexión y moraleja al final.
La fábula de la hormiga
En el bosque se encontraba una laguna de gran tamaño en donde vivían una gran cantidad de insectos. Ellos tenían la tarea de vigilar el desagüe de la laguna, revisando así con regularidad que la misma no se tapará. Limpiándola de hojas o ramas que pudieran caer sobre la misma e impidieran que luego pudieran salir.
Usualmente, esta tarea era responsabilidad de los escarabajos, ya que eran los insectos más fuertes y podían retirar lo que cayera con gran facilidad.
Un día cayó sobre el desagüe una sandía de gran tamaño tapando por completo la salida, siendo una tragedia para todos los insectos que se encontraban dentro de dicha laguna.
El escarabajo más fuerte se acercó e intentó moverla, aunque esto fue completamente imposible.
Seguidamente todos los escarabajos se acercaron a la sandía e intentaron moverla aunque no pudieron debido a lo grande y pesada que era dicha fruta.
Después de este fracaso los insectos más inteligentes se acercaron para observar lo que sucedía y tampoco encontraron ninguna solución por lo que, esta vez los insectos más sabios se reunieron para ver la sandía y sin saber que hacer planearon su huida. Ni los insectos más fuertes, inteligentes y sabios que se encontraban en aquella laguna pudieron encontrar una solución para quitar la sandía del desagüe.
En ese momento se acercó una hormiga muy pequeña y les dijo a todos los insectos que ella podría llevarse esa sandía. Todos los animales comenzaron a reírse y burlarse de la pequeña hormiga que creía tener la solución. De esta manera, la hormiga decidió llamar a todas sus miles de amigas de esta especie y cada una de ellas tomó un pequeño pedazo de la sandía. Mientras que los saltamontes les decían que no conseguirían nada con aquel esfuerzo inútil, ellas sin hacerles caso, continuaron hasta que quitaron por completo esta fruta del desagüe.
— FIN —
Moraleja
La fábula de la hormiga nos enseña que a pesar de que todos los insectos se burlaron de la hormiga, ella nunca dudó de sus capacidades y las de sus amigas, logrando de esta manera solucionar el problema que ningún otro insecto había podido hacer. El trabajo llevó mucho tiempo ya que era una sandía grande y cada una de ellas tan solo tomaba un pedazo pequeño de fruta. Sin embargo las hormigas fueron persistentes y pacientes en el proceso y por eso tuvieron éxito.
Enseñanza
Es importante que ante situaciones donde los niños se sientan tristes o crean no lograr sus objetivos recuerden esta fábula y sepan que poco más poco es igual a mucho, siendo así la mayor reflexión de la fábula de la hormiga.
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