El acoso escolar es una problemática que nos preocupa a todos, familias, educadores y sociedad en general. El acoso escolar es una problemática con graves consecuencias, actuar ante el acoso es una necesidad social y una obligación de todos. A menudo, se habla de las víctimas y de actuaciones centradas en la denuncia del acoso. Pero ¿Qué ocurre con los acosadores? Tal vez, sea el momento de ocuparnos del acosador, en lugar de condenarle, tal vez sea la hora de actuar frente al acoso escolar desde su origen, desde el niño o niña que decide acosar, que escoge usar la violencia para intimidar, maltratar y hacer la vida imposible a otros niños o niñas.
El acosador
El acoso escolar supone un tipo de violencia (física, verbal, psicológica y social), entre iguales. Normalmente el acoso escolar comienza poco a poco, con sutiles actuaciones, bromas que rozan la violencia pero que quedan en un terreno incierto y confuso. Poco a poco estas bromas para nada inocentes se convierten en un auténtico acto de tortura.
Cuando hablamos de acoso escolar tenemos que mencionar a sus protagonistas, la víctima, el acosador o acosadores y los testigos.
¿Por qué algunos niños y niñas se convierten en acosadores? Está claro que para un niño o niña decida usar la violencia contra otras personas, algo le está pasando. El acosador acosa por varias razones:
- Tiene un malestar que expresa a través de la violencia, solo así puede sentirse aparentemente mejor.
- El acosador emplea la violencia porque ha aprendido ese modelo de su entorno (familia, TV, sociedad en general), y no conoce otro modo de actuar.
- El acosador no ha desarrollado competencias emocionales tales como la empatía o la asertividad.
- Cubre necesidades que tiene sin cumplir, a través del acto de acoso. Consigue sentir poder, aprobación, admiración de los demás.
¿Cómo puedo saber si mi hijo es un acosador?
Reconocer al acosador es fundamental para poder actuar y ayudarle a cubrir sus necesidades de otro modo, así como fomentar el desarrollo de habilidades de interacción más saludables. Los acosadores suelen pasar desapercibidos, al menos en un primer momento, ya que son inteligentes y capaces de manipular a todo el que los rodea. Cuando aparece una situación de acoso escolar, son muchos los padres y madres que han reconocido un problema en su hijo o hija víctima de acoso escolar, pero pocos los que se preocupan o reconocen a su hijo o hija como acosador. Algunas de las señales que pueden alertarnos de que nuestro hijo o hija es un acosador son las siguientes:
- Escasa o nula empatía. Son egoístas e incapaces de ponerse en el lugar del otro. Es algo que ocurre normalmente con familiares y otras personas de su alrededor.
- Dificultades para controlar la ira. A menudo tienen ataques de ira, les cuesta autocontrolarse.
- Grandes dificultades para reflexionar la relación entre actos y consecuencias de los actos.
- Escasas o inexistentes habilidades para solucionar conflictos.
- Ausencia de límites y de disciplina. Son menores que apenas siguen límites y que no aceptan las reglas.
- Llaman la atención con excesiva frecuencia.
¿Qué podemos hacer si descubrimos que nuestro hijo es un acosador?
Evita que sean acosadores:
- Desarrolla una sana autoestima.
- Favorece el desarrollo de técnicas de solución de conflictos.
- Enséñale a auto controlarse y relajarse.
- Incúlcale una disciplina positiva.
- Ayúdale a desarrollar la empatía y ponerse en el lugar del otro, y la asertividad, ser capaz de defenderse, pero respetando a los demás.
- Ofrécele modelos no violentos.
Si ya es un acosador:
- Hazle saber que su conducta es intolerable.
- Indaga en la razón que le hace comportarse así y actúa sobre ella. Trata de solventar su malestar.
- Trabaja la empatía y la asertividad.
- Enséñales estrategias de resolución de conflictos.
- Hazle ver que sus actos tienen consecuencias.