Los bebés aún no se comunican con nosotros y aún han de recorrer un largo camino de desarrollo para ello. A menudo podemos pensar, que si el bebé todavía no se comunica, no comprende y por lo tanto permanece ajeno a lo que ocurre a su alrededor centrado en sus necesidades básicas y en su propio mundo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, el bebé no permanece ajeno, sino que capta todo lo que ocurre a su alrededor, aunque aún no disponga de herramientas para procesar y dar un significado a lo que percibe.
Nuestro estado emocional y el bebé
Los progenitores son las personas que más tiempo pasan con el bebé y por ello se constituyen como sus figuras de apego. Estas figuras además de suponer una gran influencia para el bebé, van a determinar su estilo de apego y sus futuras interacciones. Aunque todavía no pueden entender nuestras palabras, el bebé capta nuestros estados emocionales, y suele empaparse con ellos. Tal es el vínculo que tiene el bebé con sus figuras de apego, que normalmente se contagia de sus estados emocionales. Esto no es algo raro, también ocurre entre adultos, un ejemplo de ello sería la famosa risa contagiosa.
Cómo afecta nuestro estado emocional al bebé
El hecho de que el bebé se contagie de nuestros estados emocionales, no es del todo algo negativo. Es bueno que el bebé interaccione con los demás y supone una experiencia de aprendizaje social y emocional para ellos. Sin embargo, cuando ciertos estados emocionales, son demasiado intensos y/o recurrentes pueden interferir de un modo negativo en el desarrollo del bebé, variando el equilibrio neurobiológico y pudiendo determinar así tendencias hacía ciertos estados emocionales.
Las emociones consideradas como negativas, cuando ocurren en alta frecuencia e intensidad, pueden generar una tendencia hacía dichos estados emocionales.
Qué podemos hacer para regular nuestro estado emocional con el bebé
- Presta atención a tus estados emocionales. Recuerda que puedes contagiar al bebé.
- No fuerces cambiar tu estado emocional, no pasa nada si algún día estas más triste, o más enfadado. Todas las emociones cumplen su función y estamos ayudando a su desarrollo emocional y social.
- No trates de reprimir tus emociones, ya que podría ser negativo para ti, y generar explosiones que llegarán al bebé como emociones intensas. En lugar de eso aprende a regular tus estados emocionales.
- Rodéate de diferentes familiares y procura que tu bebé lo haga para que se contagie de diferentes estados emocionales.
- Procura potenciar las emociones positivas como el afecto, la alegría etc. Para ello prueba a relajarte, a dedicarte tiempo a ti mismo, etc.
- Genera un clima de calidez y confianza para expresar las emociones, es mejor expresar una emoción negativa y dejar que ésta se vaya. Por el contrario si la guardamos seguirá ahí y se la transmitiremos poco a poco a nuestro bebé.
- Utiliza canciones y juegos, que ayudarán a generar emociones positivas para ti y para toda la familia.
Celia Rodríguez Ruiz
Psicóloga y Pedagoga
@educa_aprende