El aprendizaje es un proceso único y personal, es un proceso de desarrollo y de crecimiento personal que implica operaciones mentales complejas. Los últimos avances en neurociencia demuestran que las emociones positivas favorecen el aprendizaje. Para que el proceso de aprendizaje se produzca es necesario que los que aprenden quieran aprender, el entusiasmo favorece el aprendizaje.
El entusiasmo favorece el aprendizaje
Las últimas investigaciones demuestran como las emociones positivas con capaces de potenciar y favorecer el aprendizaje. El entusiasmo funciona como un estimulante para el cerebro, facilita la conexión entre las neuronas y potencia las operaciones mentales y por tanto el aprendizaje.
Sabiendo esto puede parecer sencillo favorecer los procesos de aprendizaje. Sin embargo, asegurar el entusiasmo en el acto de aprender se suele convertir en una labor muy complicada. Y realmente lo es en sistemas educativos tradicionales, donde la información sigue una única dirección, y el aprender se convierte en una rutina, en un proceso global que ha de ser igual para todos. En estos sistemas educativos que emplean métodos obsoletos, no se respeta la individualidad de cada aprendiz, no se le permite descubrir el contenido, explorarlo, darle un significado y hacerlo suyo.
Por el contrario, los sistemas tradicionales convierten el aprender en un acto mecanizado, y con ello desnaturalizan el proceso. Todo esto conlleva una lógica desilusión, desmotivación, ausencia de entusiasmo y una ausencia de aprendizaje. Finalmente nos encontramos con un panorama de fracaso escolar al que no sabemos poner solución y del que no terminamos de entender las causas, ya que nos alejamos de la comprensión del proceso de aprendizaje.
Cómo devolver entusiasmo el proceso de aprendizaje
Es obligación de todos los agentes educativos acabar con las barreras que impiden y dificultan el aprendizaje. Es nuestro deber derribar esas barreras y devolver la ilusión a un proceso que no se entiende sin ella. Devolver esa emoción que nunca se debería haber perdido por el camino.
- Permite que los aprendices sean buenos aprendices. Para ello deja que se hagan responsables de su aprendizaje, que elijan lo que quieren aprender y cómo (no todos aprenden igual), que sean capaces de seguir su propio ritmo. Una alternativa muy efectiva para lograr esto es el aprendizaje por proyectos, o la división del aula en rincones de aprendizaje.
- Ilusiónate y transmíteles la ilusión. En numerosas ocasiones nos quejamos de la falta de motivación de los estudiantes, y no nos percatamos de que es lo que les transmitimos. Está demostrado que las emociones se contagian, es fundamental que el educador se entusiasme cada día con su trabajo y que sea capaz de transmitir dicho entusiasmo a los aprendices.
- Déjales participar en su aprendizaje y colaborar de forma activa. En lugar de limitarte a exponer la información, deja que ellos la busquen, que la elaboren, que sean ellos los que decidan (siguiendo una guía), que es lo que van a aprender y como.
- Enséñales a buscar soluciones. Si no son capaces de buscar soluciones, se atascaran cuando encuentren cualquier obstáculo.
- Desarrolla su tolerancia a la frustración. Aprender es un proceso y como tal, está plagado de altibajos, es normal que las cosas no salgan como queremos, y que tampoco nos salgan a la primera. Si son capaces de tolerar esas pequeñas frustraciones serán capaces de mantener el entusiasmo.
- Trata de buscar aplicaciones reales y útiles de lo que aprenden.
El entusiasmo favorece el aprendizaje ¡ devolvamos a los niños el interés por aprender ! #aprender #educacion Clic para tuitear
Doctora Celia, Felicitaciones, me parecen muy acertados sus artículos, breves y con mensajes muy claros, me interesa retomarlos como docente universitaria de preescolar, para compartirlos con las docentes en formación,
Muchas gracias…mucho por aprender….