A menudo pretendemos que nuestros niños y niñas compartan sus juguetes y sus cosas, pretendemos que sean generosos, pero no siempre es fácil. El niño egoísta se niega a compartir sus cosas y esto puede ser motivo de preocupación de muchas familias y educadores. ¿Cómo podemos ayudar a nuestros pequeños a vencer el egoísmo? ¿Podemos enseñarles a compartir? Y ¿Cómo podemos hacerlo?
El egoísmo ¿Por qué somos egoístas?
El egoísmo es natural en el ser humano. En algún momento todos hemos sido egoístas, tendemos a proteger aquello que consideramos nuestro y ponerlo a salvo del disfrute de otros congéneres. Pero ¿por qué somos egoístas?
El egoísmo tiene que ver por ese afán de salvaguardar, de proteger el propio ego, el propio yo. Tiene que ver con la sociedad basada en la imagen y en la apariencia en la que vivimos. El yo, la propia identidad, es a menudo, una entidad muy débil, que apenas se cultiva y que se sustenta en apariencias, en lo que tiene. Es decir, vivimos en el mundo de la apariencia y no del ser.
En ese mundo de la apariencia, todo lo que tengamos nos da un “ficticio” valor. Lo que uno tiene es lo que le diferencia de los demás, cuanto más tengamos, mejor nos podemos considerar en relación con los demás. De este modo quedamos inmersos en un engaño, que nos mantiene ocupados en tener, sin cultivar nuestro ser. Por ello somos egoístas, por una necesidad de ser más que el otro, y serlo a través de aquello que tengo y que el otro no tiene. En resumen:
- El egoísmo es fruto de un sentimiento de inferioridad. Que nos hace tener pertenencias para sentirnos superiores.
- El egoísmo se transmite socialmente y forma parte de una creencia general.
Los niños también son egoístas
Los niños y niñas aprenden de lo que ven a su alrededor. Nuestros pequeños están inmersos en un proceso de desarrollo y aprendizaje. En un proceso de desarrollo social, captan rápidamente actitudes, valores, creencias, implícitos, pero socialmente compartidos y aceptados. De este modo nuestros niños y niñas se hacen egoístas, necesitan reafirmarse, a menudo se sienten inferiores (lo cual puede ser lógico si nadie se preocupa por el desarrollo de su autoestima), de ese sentimiento de inferioridad surge la necesidad de defender lo suyo y no compartirlo.
4 Pautas para educar a un niño egoísta, ayúdale a compartir
- Educa con tu ejemplo. Analiza tus conductas y sobre todo tus actitudes y elimina aquellas que sean egoístas. Recuerda no basarte solo en las conductas, fácilmente observables, a menudo tenemos actitudes egoístas que transmitimos de manera inconsciente a nuestros niños y niñas.
- Enséñales desde un primer momento que compartir es bueno, que las cosas no nos aportan la felicidad, pero si los momentos que podemos pasar en compañía de otros. Compartir es bueno ya que nos brindan momentos en compañía de nuestros seres queridos.
- Favorece el desarrollo de su identidad y de su autoestima. Ayúdales a sentirse bien consigo mismos, de este modo no necesitaran cosas externas para ello.
- Enséñales que las cosas no nos dan la felicidad. Procura brindarles experiencias y no tantas cosas.

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Y las fuentes bibliográficas?