Educar para la aceptación

Educar para la aceptación

Conocerse y aceptarse a uno mismo es clave para una sana autoestima y para el bienestar personal. A veces, puede ser difícil aceptar algunas cosas de uno mismo, sucede porque tenemos miedo y tenemos una visión negativa de nuestras carencias.

Es importante aceptar nuestras posibles debilidades, reconocer nuestras fortalezas y lograr una óptima gestión de recursos personales, sin sentirlos mal por lo que no somos o no tenemos. La aceptación consiste en eso, sin embargo, no nos enseñan a aceptarnos.

Desde pequeños nos enseñan como ocultar nuestros defectos, nos enseñan que lo lógico es avergonzarse de ellos y con ello se mina poco a poco la aceptación. Educar para la aceptación personal es una necesidad y debe ser un reto de familias y educadores.


La importancia de la aceptación

La aceptación personal es la base de una sana autoestima. A menudo se habla de autoconcepto y de autoestima, pero la aceptación suele pasar desapercibida. Conocerse a uno mismo es muy importante, pero ¿De qué nos sirve conocernos si no nos aceptamos tal y cómo somos?

Mucha gente sufre porque no acepta su identidad, no acepta no llegar a un ideal autoimpuesto por malentendidas demandas sociales. La aceptación de la individualidad de cada uno, como ser único y maravilloso asumiendo que es natural y humano tener ciertas carencias es la base para el  bienestar y para la superación personal.


¿Por qué no cuesta tanto aceptarse?

La aceptación supone conocer fortalezas y destrezas, pero también asumir fallos, carencias e imperfecciones. Desde pequeños nos enseñan que tener fallos es malo, a menudo reñimos a los niños cuando se equivocan, cuando no se comportan cómo deberían, cuando muestran debilidad o cuando se dejan llevar por sus emociones.

Es importante cambiar la visión negativa de los fallos y de los errores, y empezar a aceptarlos como parte natural de nosotros, aceptar el fallo nos ayuda a superarlo y nos permite vivir en paz con el mismo y con nosotros mismos. Al igual que aceptamos los fallos de los demás y los entendemos como parte natural de su forma de ser, debemos aprender a entender nuestros fallos y aceptarlos.

Es importante, por lo tanto educar a los niños desde un principio para la aceptación.


Consejos para educar para la aceptación

Un niño que se acepta a sí mismo es un niño feliz. Por eso debemos insistir en ello.

  • No le critiques por sus errores. En lugar de eso entiéndele y acéptale. No se trata de dejar pasar todo, sino de comprender. Por ejemplo si el niño tiene un arrebato de enfado y tira lo que hay en la mesa, le indicaremos que eso no está bien y que no debe hacerlo, pero evitaremos decir cosas como “eres malo” “mira lo que has hecho”, etc.
  • Evita la carga emocional cuando tengas que reñir. No aproveches el enfado o la tristeza o los chantajes del tipo no te voy a querer o que triste esta mamá.
  • Acéptale tal y como es, y no pretendas que sea de otra manera. Si el niño se siente aceptado comenzará a aceptarse.
  • Nunca compares o etiquetes. Las comparaciones y etiquetas son interpretadas por el niño como algo malo que no es aceptable.
  • Acepta sus emociones, las buenas y las malas. En lugar de decirle no llores, dile es normal que estés triste.

© 2017 Educar para la aceptación. Celia Rodríguez Ruiz Psicóloga y Pedagoga

@educa_aprende

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