Educar para el respeto: El respeto es un valor indiscutible para las relaciones y sociedades humanas. El ser humano se caracteriza por una gran diversidad entre los miembros de su especie. Diversidad de razas, e incluso entre los miembros de una misma raza, encontramos diferentes tonos de piel, pelo, ojos, etc….diversidad de sexos, de generación, etc…
Diversidad que va mucho más allá de los atributos físicos, y encontramos diversidad de formas de ser, de pensar y de sentir. La diversidad es un recurso que enriquece las relaciones, que nos hace más sabios, pero que precisa de respeto y tolerancia.
El respeto ha de ser uno de los objetivos básicos de la educación. El respeto ha de ser pilar fundamental del desarrollo social del individuo. Solo a través del respeto se conseguirán relaciones ricas, enriquecedoras y sanas. Es necesario educar para el respeto.
Educar en el respeto
El respeto es la base de la tolerancia, y de unas relaciones enriquecedoras, es por ello que educar para el respeto se convierte en una necesidad. El respeto es el cimiento de una convivencia sana y pacífica.
Sin embargo, no siempre son respetadas las diferencias y es ahí cuando se vulneran los derechos humanos fundamentales. Es entonces cuando las sociedades civilizadas dejan de serlo y entramos en la trampa de personas de diferente categoría, de vidas más importantes que otras. En la actualidad, aún no están erradicadas estas actitudes, que atacan los derechos humanos y que nos separa a unos de otros por cuestiones como raza, sexo, religión, pensamiento, etc….
Educar para el respeto implica reconocer la igualdad en la diferencia, todos somos diferentes pero iguales. Educar para el respeto implica una lanza por reconocer que independientemente de todas nuestras diferencias, todos somos seres humanos y esa es la única categoría.
Consecuencias de no educar para el respeto
Cuando no educamos para el respeto, conseguimos que las diferencias se conviertan en atributos que nos separan en lugar de enriquecernos. Conseguimos un mundo homogéneo, un mundo sin colores.
Cuando no educamos para el respeto conseguimos:
- Intolerancia
- Competitividad
- Miedo a lo diferente que puede convertirse en odio.
- Actos violentos e incluso guerras.
- Ataques contra los derechos humanos.
- Falta de solidaridad.
Las claves de una educación para el respeto
- Educa con tu ejemplo, y muestra respeto hacía todas las personas.
- Muéstrales que la diferencia enriquece, que no solo es bueno aceptarla sino aprender de ella y disfrutarla. Ponles el ejemplo del arco iris, el arco iris es bonito porque tiene muchos colores, y todos los colores unidos forma el arco. Si el arco iris fuese de un único color ya no sería tan bonito.
- Evita el miedo a las diferencias. En ocasiones la intolerancia parte de un miedo. Aquello que es diferente puede darnos miedo. Es muy importante enseñarles a conocer lo diferente antes de temerlo, a verlo como una oportunidad y no como una amenaza.
- Enséñales la importancia de tratar a los demás como nos gustaría que nos tratasen a nosotros.
- Edúcales para que acepten, valoren y respeten las diferencias.
- No toleres ningún comentario, actitud o conducta que implique una falta de respeto. Cuando las observes ayúdales a ponerse en el lugar del otro, explícales cómo se sentirían en esa situación y animales a que traten de conocer la diferencia.
- Refuerza sus actitudes respetuosas.
- Muéstrales como con el respeto ganamos todos y con la falta de respeto perdemos todos.
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© 2019 Educa y Aprende ▷ Educar para el respeto por Celia Rodríguez Ruiz | Psicóloga y Pedagoga para la Escuela de padres y madres