En un mundo en constante alerta por nuevas enfermedades, cambios climáticos y una alimentación excesiva de azúcares, grasas saturadas y harinas refinadas, educar en salud representa una asignatura pendiente a estas alturas del siglo XXI
La salud es, posiblemente, el elemento más importante para tener y mantener una buena calidad de vida. Un factor que no solo debe centrarse en los más jóvenes, como habitualmente suele suceder, sino que debe ser extensible a toda la población, aplicando una estrategia educativa en la que nadie se quede fuera.
No cabe ninguna duda que, aunque existen multitud de herramientas y posibilidades para llevar una vida sana, para aprender a cuidar el organismo y evitar contraer un buen número de enfermedades, todavía se está lejos de alcanzar una sociedad con un nivel de educación satisfactorio en esta cuestión.
Cómo educar en salud
Son muchos los elementos que deben formar parte de una buena educación en la salud, desde la formación básica dada en las escuelas hasta el conocimiento de un comparador de seguros de salud online para contratar la mejor póliza de salud posible.
En cualquier caso, se debe comenzar por entender qué se entiende por salud. En este sentido, profesionales y expertos se ponen de acuerdo para definir este concepto como un estado de bienestar personal y social que va a depender, en buena medida, de la responsabilidad de cada uno. Para llegar a este compromiso y que se adopten hábitos saludables, la educación desde los primeros estadios es fundamental.
Educar en salud, según la propia Organización Mundial de la Salud OMS, debe incluir la comunicación de información sobre las condiciones tanto ambientales como sociales y económicas subyacentes que repercuten en la salud. Del mismo modo, se contemplarán los factores de riesgo que afectan de forma individual y los comportamientos de riesgo, así como el uso del sistema de atención de la salud implantado en la comunidad.
Objetivos de una educación para la salud
Esta formación deberá ser un proceso gracias al cual el conjunto de los ciudadanos comprenderá que se trata de un comportamiento, de una forma de favorecer la promoción, la restauración y el mantenimiento de la salud en todas sus variables. Una realidad que solo será viable si se comienza desde ya a incorporar hábitos y actitudes saludables.
Según el informe extraído de un estudio realizado por la prestigiosa Revista Electrónica de Conocimientos, Saberes y Prácticas, se asienta como objetivo principal para hacer efectiva esta práctica la adecuación del comportamiento de las personas y los estilos de vida con los que mejorar y hacer estable la salud general. Deberá ser un método eficaz, ya que motivará, informará y ayudará al conjunto de la población a formar parte activa en este propósito.
Esta educación en salud tiene como objetivos secundarios la búsqueda en el ámbito de lo personal, para que cada cual, desde sus propias limitaciones y experiencias, desarrolle la capacidad crítica en una toma de decisiones que lo cualifiquen para cuidar de forma eficaz de su salud y de la de aquellos que le rodean. Así mismo, no se debe dejar atrás el análisis de otros elementos capaces de influir en el estado y calidad de vida de la población, ya sean causas sociales, económicas o medioambientales.
Fórmulas para llevar a cabo una educación para la salud
Cualquier fórmula que repercuta beneficiosamente en los parámetros de salud de una población deberá ser aceptada y adaptada para que sea aplicable. Por el momento, existen dos métodos fundamentales, que son los que se están llevando a la práctica en la actualidad.
Métodos directos o bidireccionales
Esta fórmula es la que se establece entre el formador o educador y el receptor, requiriendo para ello cercanía y contacto humano, como es el caso del profesor en clase. También se incluyen dentro de este espectro las charlas y discusiones en grupos, asambleas y reuniones informales, procurando para que sea más eficiente que participen expertos y especialistas en este tema. Por último, los encuentros entre el profesional sanitario y el paciente que recibe las instrucciones e información sobre su mal también encajarían en este método.
Métodos indirectos o unidireccionales
En este caso, se hace referencia a aquellos que llegan a grades audiencias, pero que no permiten ningún tipo de feedback, como puede ser la radio o la televisión. Se trata de medios audiovisuales y sonoros que también incluiría periódicos, revistas, folletos.
Un medio que se establece entre los bidireccionales y los unirideccionales y que cada día cobra más importancia es internet, ya que ofrece las mismas oportunidades que los métodos indirectos con posibilidad de establecer comunicación con aquellos que ofrecen la información a través del email, las aplicaciones de mensajería, los chats online o las reuniones virtuales.