Cuentos de genios: Un ratón genio y sus tres deseos

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Cuentos de genios «Un ratón genio y sus tres deseos»  para enseñar a los niños y niñas la importancia de creer en los deseos y usar la propia magia para cumplirlos.

A través de la lectura del cuento, los niños y niñas podrán comprender que para cumplir un deseo, solo tienen que usar su propia magia, pensar cómo hacerlo y esforzarte por ello. Si deseamos algo, pero no hacemos nada nuestro deseo no se cumple, creyendo en ello y esforzándonos podemos hacer nuestros deseos realidad.


Un ratón genio y sus tres deseos

Correteando, correteando, el ratoncito tropezó y rodando, rodando desde lo alto de la estantería de la cocina, tras varios golpes en un frasco de cristal cayó.

Dentro del frasco intento salir de allí y trepar por las paredes, pero las paredes de cristal le hacían resbalar y cada vez que lo intentaba escurría y en el fondo del frasco caía de nuevo.

Seguía el ratón intentando salir del frasco de cristal cuando el pequeño Teo entro en la cocina. Escuchó un extraño ruido, no sabía de donde venía ese ruido, que no era otra cosa más que el pequeño ratón intentando salir y cayendo al fondo del frasco. Tras varias vueltas y buscar con esmero por toda la cocina, el pequeño Teo encontró el frasco. Como el cristal era de color verde no podía ver lo que había en su interior que hacía tanto ruido. ¿Qué será ese extraño ruido? Pensó. Y entonces recordó, un cuento que varias noches le había contado su abuelo, sobre un genio que vivía dentro de una lámpara y al frotarla salía de allí concediendo tres deseos a quien le hubiera ayudado a salir.

“¡Claro, eso es!” pensó Teo, “este frasco se parece a la lámpara del cuento.” “Seguro que en su interior vive un genio y por eso hace ruido”. “Sí le ayudo a salir me concederá tres deseos”. Así el pequeño Teo comenzó a frotar el frasco con ganas, al frotar el ratón se movía en su interior y Teo pensaba que era el genio. Pero por mucho que frotase el genio no salía. “Parece que este genio no puede salir aunque frote el frasco, creo que tendré que intentar otra cosa”. Entonces Teo puso el frasco en posición horizontal dejando salir al ratón.

  • Yo te he ayudado a salir genio, así que ahora me tienes que dar mis tres deseos-dijo Teo, aunque se sorprendió de que el genio hubiera decidido tomar la forma de un ratoncito.

El ratón miro sorprendido al niño que ciertamente le había ayudado a salir del frasco.

  • Pero yo no soy un genio, solo soy un ratón, no puedo concederte ningún deseo.-trato de explicarle al niño.
  • Claro que puedes, eres un genio que estabas atrapado en el frasco y por alguna razón tienes forma de ratón, mi abuelo me lo contó el otro día en un cuento.

El ratón comprobó que era inútil intentar convencer al niño y como le parecía simpático, intento concederle los deseos.

  • Dime que deseas y te concederé los tres deseos.

En la cara del niño, se dibujó una sonrisa de oreja a oreja. Le pidió el primer deseo:

  • Deseo sacar muy buena nota en el examen de mañana.

El ratón rápidamente le hizo traer el libro y le ayudo a estudiar. Al día siguiente al volver de clase el niño volvió muy contento ya que había hecho muy bien su examen y seguro que había sacado una nota muy buena. Pero pensaba que eso no era un deseo de verdad, ya que había tenido que estudiar, sin embargo como estaba muy contento y el ratón le había ayudado no se enfadó. Pensó entonces en su segundo deseo:

  • Deseo tener muchos juguetes nuevos.

El ratón tuvo entonces una idea, subió al desván con el niño y allí encontraron cantidad de juguetes olvidados y de objetos curiosos que podían hacer de juguetes. Pasaron toda la tarde jugando. El pequeño Teo se lo pasó muy bien, pensó que aquello tampoco era un deseo de verdad pero no le importo porque había pasado una tarde divertidísima.

Ya solo le quedaba un deseo y el pequeño Teo estuvo varios días pensando. Era el último deseo y no quería malgastarlo. Después de mucho pensar, por fin había decidido su último deseo.

  • Deseo que mi papá y mi mamá tengan más tiempo para jugar conmigo. Siempre tienen mucho trabajo y muchas cosas que hacer.
  • Eso es más complicado-dijo el ratoncito- pero podemos intentarlo, habla con tus papás y explícales que te gustaría pasar más tiempo con ellos. Ayúdales en las tareas de la casa para que puedan tener más tiempo libre.

Así lo hizo el pequeño Teo y de nuevo su deseo se hizo realidad. Entonces se dio cuenta de una cosa, no necesitaba la magia de nadie para hacer sus deseos realidad, con la propia magia y creyendo en los deseos es como lo había logrado, con ayuda de su amigo el ratón. Teo y el pequeño ratón se hicieron muy amigos y pasaron mucho tiempo juntos, cumpliendo sus deseos.

FIN «Cuentos de genios»

A continuación hemos elaborado unas preguntas y una ficha para trabajar la comprensión lectora del cuento «El ratón genio y sus tres deseos»

Comprensión lectora Cuentos de Genios

Preguntas para saber si los niños han entendido el cuento

  1. ¿Por qué crees que Teo pensó que el ratón era un genio?
  2. ¿Por qué el ratón decidió hacerse pasar por genio?
  3. ¿Por qué Teo pensaba que al final no eran deseos de verdad los que le concedía el ratón?
  4. ¿Cómo logró cumplir sus tres deseos?
  5. ¿Crees que necesitaba la magia de un genio para cumplirlos?
  6. ¿Crees que el ratón le ayudo?
  7. ¿Qué aprendió Teo?
  8. Piensa en alguna ocasión en la que hayas deseado algo
    1. ¿Qué hiciste?
    2. ¿Lo lograste?
    3. ¿Qué aprendiste?

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© 2021 ▷ Educa y Aprende ➡➤ [ Cuentos de genios «Un ratón genio y sus tres deseos»  ] Cuentos infantiles por Celia Rodríguez Ruiz | Psicóloga y Pedagoga @educa_aprende

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