Cuento de princesas diferentes: » Marieta Pipirileta una princesa diferente » para educar contra el sexismo y los prejuicios.
A través de la lectura del cuento, los niños y niñas comprenderán que una princesa no tiene que hacer actividades relajadas y tranquilas, que una princesa puede disfrutar haciendo aquello que normalmente han sido cosas de chicos. Es el momento de educar para que sean personas, no hombres o mujeres, es el momento de educar para una verdadera igualdad y romper con los prejuicios. A menudo tenemos una idea de cómo debería comportarse un chico y una chica, con la lectura del cuento les enseñamos que pueden comportarse como quieran.
Cuento de princesas diferentes
Había una vez un bonito reino, situado en el mismo lugar donde empieza y acaba el mundo. Un reino donde todo era posible y nada era imposible, un reino donde vivían todos los habitantes en armonía y donde todos eran muy felices. Y como todos los reinos tenía un gran castillo de color verde, con cuatro torres amarillas, donde vivían la reina y el rey del reino. Y, como suele ocurrir en estos reinos, tenían una hija que tenía, como casi todas las princesas una larga lista de nombres y títulos, pero que era conocida por todos como la princesa Marieta Pipirileta.
La princesa Marieta Pipirileta vivía en un bonito y gran castillo y en un bonito reino donde era posible todo hasta lo imposible. La princesa Marieta Pipirileta tenía muchos juguetes y muchos vestidos, pero la princesa estaba aburrida. Marieta Pipirileta era una princesa diferente, “qué rollo ser princesa”, pensaba con frecuencia y es que a Marieta Pipirileta no le gustaban los bonitos vestidos ya que con ellos no podía subirse a los árboles, ni tampoco podía correr o hacer una carrera en bicicleta. Además solía aparecer despeinada, ya que era muy complicado, nadar, o saltar, o hacer todas esas cosas que le gustaban manteniendo impecable su peinado. Todo esto le ocasionaba problemas con sus padres, a menudo reñían a Marieta Pipirileta y le decían:
- Marieta Pipirileta, eres una princesa, no puedes pasarte el día correteando y saltando por ahí como una salvaje o como un muchacho. Tienes que aprender a compórtate, has de vestirte como una princesa, llegar a la hora de comer y tener aficiones de princesa. Últimamente te saltas las clases de baile, o las de piano, y también las de costura y te pasas el día saltando, corriendo, jugando con los animales o escondida en la biblioteca leyendo. Y esto último, la lectura me parece bien, pero no esos libros de aventuras que lees, debes leer bien sentada y libros apropiados para princesas. Esto no puede seguir así Marieta, ¿Cuándo vas a madurar?
Y es que a Marieta no le gustaban las clases de baile o las de piano y mucho menos las de costura. A ella le gustaba saltar, correr y montar a caballo. Tampoco le gustaban los libros rollo de princesas, preferías las historias de aventuras o las de piratas, y también las historias de miedo.
En esos días en el reino se celebraba una competición entre los muchachos del reino. Se trataba de una competición de diversas pruebas: correr, montar a caballo y en bici, nadar, otra prueba de puntería y algunas más. Marieta Pipirileta estaba como loca por participar, pero cuando fue a apuntarse a la prueba, ocurrió que no le dejaron, en las bases explicaba que solo podían presentarse los chicos, pero no las chicas.
- Las princesas no pueden participar- le dijo el organizador- vete a casa a ponerte vestidos a leer poesía y jugar con muñecas.
Marieta Pipirileta se fue a casa muy enfadada y por la noche se pasó horas llorando, era tan injusto. Pero como Marieta Pipirileta vivía en un reino donde todo es posible y nada es imposible, se le ocurrió una idea, si no le dejaban participar como chica, lo haría como chico. Así se vistió de muchacho, se recogió el pelo y lo escondió en una gorra y fue a apuntarse con el nombre de Mario.
Cuando empezó la competición, enseguida destaco un chico llamado Mario, del que nadie en el reino parecía saber nada. Nadie le conocía y tampoco sabían de donde había salido, pero era un gran corredor y nadando no había quien le superase, y tampoco con la bici. Así Mario consiguió muy buenas puntuaciones en todas las pruebas. Eran muchos los seguidores del misterioso muchacho, las pruebas se llenaban de espectadores que animaban a Mario.
Cuando acabo la competición y Mario fue el vencedor, el rey y la reina tenían que darle su trofeo. La princesa debía estar con sus padres, pero como solía hacer últimamente nadie sabía dónde estaba.
- ¿Quién eres muchacho?- dijo el rey- Eres el mejor competidor de nuestro reino y me gustaría saber quién eres.
Entonces Mario se quitó la gorra y dejo escapar su larga melena, y todos pudieron comprobar que aquel muchacho era la princesa. Desde entonces, todos y sobre todo la reina y el rey, entendieron que una princesa no tiene por qué disfrutar bailando, o cantando, o tocando el piano, que una princesa también puede correr, saltar y hacer otras cosas. Y desde entonces Marieta Pipirileta, pudo hacer todas esas cosas que a ella tanto le gustaban.
–Fin– Cuento de princesas diferentes
Comprensión lectora: Una princesa diferente
FICHA ACTIVIDADES CUENTO INFANTIL UNA PRINCESA DIFERENTE
- ¿Por qué la princesa se aburría?
- ¿Qué cosas le gustaban hacer?
- ¿Por qué sus padres le reñían?
- ¿Qué cosas querían sus padres que hiciera la princesa?
- ¿Por qué no le dejaron apuntarse a la competición?
- ¿Crees que es justo que no pudiera apuntarse por ser chica?
- ¿Cómo crees que se sintió?
- ¿Qué hizo?
- ¿Por qué crees que al final todos se dieron cuenta?
- Piensa en alguna ocasión en la que hayas querido hacer algo de chica o de chico y no te hayan dejado, o te hayan juzgado
- ¿Cómo te sentías?
- ¿Qué pensabas?
- ¿Qué hiciste?
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Es muy linda la lectura para trabajar con los niños que están en la etapa de la pubertad.
Gracias por este lindo material,
si super ♥♡