Cuento con valores para entender la emoción del enfado.
Los truenos sonaban tan fuerte que parecía que el cielo se fuese a romper en dos pedazos, las gotas de lluvia golpeaban el cristal de la ventana con tanta insistencia que parecía que el cristal iba a romperse en mil trocitos. Aquella mañana la tormenta era tan intensa que parecía que toda la furia, que todo el enfado y toda la frustración del mundo estuviesen estallando.
La niña observaba desde su ventana, con la nariz pegada en el frio cristal de la ventana.
- ¿Por qué la tormenta quiere romperlo todo?- preguntó la niña a su abuela.- Me da miedo y no puedo salir a jugar.
- Por qué la tormenta está muy enfadada, tanto que no puede controlarse. –respondió la abuela.
La niña resopló resignada, pero entonces tuvo una gran idea, se levantó de un salto y salió corriendo de la habitación. Estaba haciendo mucho ruido y corriendo de un lado a otro de la casa. Cuando por fin volvió a la sala equipada con una serie de artilugios y objetos extraños, una trompeta de colores, una cuerda para saltar a la comba, una lata vacía, una botella de colores y un conjunto de clavos, entre otras cosas.
- ¿Qué haces con todo eso?- Preguntó su abuela.
- Son unas herramientas para arreglar a la tormenta y así quitarle su enfado. Solo tengo que construir un aparato con todo esto.- respondió la niña-Son cosas que a mí me sirven cuando estoy enfadada.
La abuela entonces sonrió y le dijo a la niña.
- El enfado es algo muy personal, al igual que ocurre con otras emociones cada persona tiene su propio enfado y no todos los enfados se arreglan igual. Mira observa ahora la tormenta.
La niña alzó su mirada a la ventana y pudo observar como un pequeño rayo de sol se escurría entre las nubes y cómo conseguía hacer salir un arco iris. Parecía que la tormenta estaba más calmada, parecía que el enfado se estaba alejando.
- El enfado-siguió contando la abuela- tiene algo bueno que no puede durar para siempre. Es bueno que salga y que lo haga poco a poco, tal vez si las nubes se hubieran descargado poco a poco, hoy no hubiese estallado toda esta tormenta. Por suerte las personas podemos descargarnos poco a poco, y de otras maneras sin estallar tan fuerte como hace la tormenta.
La niña escuchaba a su abuela, mientras el sol poco a poco salía. Comprendió la importancia de gestionar los enfados, comprendió que no se pueden evitar y que tampoco duran para siempre.
Trabajamos con el cuento con valores
A través de la lectura del cuento, los niños y niñas comprenderán que el enfado es una emoción que todos tenemos y que puede estallar como una tormenta sino aprendemos a gestionarlo poco a poco. Es muy importante gestionar nuestros enfados antes de que arrasen con todo a su paso.
Ficha de actividades: Cuento con valores: El enfado de la tormenta
- ¿Por qué crees que la tormenta parecía enfadada?
- ¿Cómo expresaba el enfado la tormenta?
- ¿Crees que las personas a veces expresamos nuestros enfados como una tormenta?
- ¿Crees que es bueno expresar así nuestros enfados?
- ¿Por qué crees que la niña cogió todos esos objetos?
- ¿Qué quiere decir que el enfado no dura para siempre?
- ¿Qué ocurre cuando nos enfadamos tanto que estallamos como una tormenta?
- ¿Qué otras cosas podemos hacer cuando estamos enfadados en lugar de estallar?
- Piensa en alguna ocasión en las que hayas estado enfadado
- ¿Cómo te sentiste?
- ¿Qué hiciste?
- ¿Te sirvió?
Celia Rodríguez Ruiz @educa_aprende
Psicóloga y Pedagoga