Como parte normal del desarrollo, son muchas las ocasiones en las que los niños y niñas, retan las normas y entran en un desafío para obedecer a los adultos. Esta situación puede convertirse en un problema y suele provocar malestar familiar. Pero…… ¿Cómo conseguir que mi hijo respete las normas?
Cuando los pequeños retan las normas, los adultos se desesperan y no saben cómo manejar la situación. Es importante saber ejercer la autoridad y hacer que los niños y niñas comprendan, acepten y cumplan las normas. Pueden cuestionarlas y darnos su opinión, esto es beneficioso para ellos, pero debemos enseñarles a hacerlo con educación y respeto, y sin retos constantes.
¿Cuándo se produce un reto a obedecer?
Nos encontramos ante una situación de reto a las normas, cuando el pequeño muestra actitudes de desafío, que van más allá de la propia norma. En estos casos comprobaremos que da igual la norma (no se trata de si están a favor o en contra), lo significativo es su actitud de desafío.
Ante cualquier norma, nos responden con un “no”, un “no quiero”, nos cuestionan “¿por qué tengo que…..?” hasta nos usan como ejemplo “pues tú no has hecho o has hecho.” Si les reñimos o intentamos hacerles razonar nos responden con un “me da igual” o “no me importa” y cuanto mayor sea nuestro enfado, más desafiantes se mostrarán los pequeños.
¿Por qué los niños y niñas nos desafían?
Como parte normal del desarrollo los niños y las niñas, tienden a desafiarnos. Esto es normal, ya que están formando su personalidad y necesitan desarrollar esa conducta para ser conscientes de su propia identidad. Pero cuando esta actitud es muy severa y exagerada estamos ante una conducta que aunque habitual no es ni normal ni sana para su desarrollo.
Debemos saber también que en determinados momentos van a buscar los límites, están comprobando hasta donde pueden llegar, en esos casos es importante manejar bien la situación y saber ponerles límites claros.
El pequeño que muestra un desafío severo y un reto constante a las normas, lleva a cabo esta conducta porque es lo que ha aprendido. Lo aprenden por ausencia de normas claras y no consensuadas por todos los miembros de la familia. Y porque sabe que en determinadas ocasiones se ha salido con la suya.
8 Consejos para manejar los Desafíos
- No confundas poner límites con ser muy duro o agresivo con el pequeño. Los niños y niñas necesitan límites que guíen su conducta y les den seguridad.
- Establece normas familiares claras, concisas y constantes. Para establecer las normas, debes hacerlo con los pequeños, estas tienen que ser fáciles de entender por el pequeño. Las normas tienen que ser constantes en todo momento, (si un día dejas pasar una conducta, pensarán que pueden hacerlo más veces) y por todos los miembros de la familia (de esta forma entienden la importancia de la misma)
- Conserva siempre la calma y no te enojes. El pequeño busca que nos enojemos. Entramos en un círculo en el que ellos nos desafían varias veces, nosotros nos enojamos demasiado y le reñimos con dureza. Después de esto nos sentimos culpables por haber sido duros y levantamos el castigo o dejamos que el niño haga lo que estaba haciendo. Con esto el pequeño se lleva el mensaje de que ha conseguido lo que quería. Es mejor que mantengamos la calma e impongamos la autoridad de forma menos severa y más positiva.
- Critica la acción y no al pequeño.
- Cuando comiencen con el reto, no le hagas caso. Si le atiendes, aunque sea enfadado, estas reforzando su conducta de desafío. Corta la comunicación con él y ni le mires. Al cabo del rato vuelves a indicarle lo que estabas indicándole.
- Sirve de ejemplo, no te muestres desafiante.
- Habla con ellos, explícales el porqué de las normas y escucha su opinión.
- Refuérzale cuando cese su desafío, le atenderás y le escucharas.

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