Cómo reconocer y evitar la crianza no involucrada o negligente

crianza no involucrada o negligente

¿Qué es la crianza no involucrada o negligente y cómo afecta a los niños? Esta es una pregunta que quizás te hayas hecho alguna vez, sobre todo si eres padre, madre o educador. La crianza es el conjunto de actitudes y comportamientos que los padres adoptan hacia sus hijos para guiarlos en su desarrollo. Sin embargo, no todos los padres ejercen la crianza de la misma manera, ni con la misma intensidad o calidad.

Existen diferentes estilos de crianza que se pueden clasificar según el grado de afecto y control que los padres muestran hacia sus hijos. Algunos de estos estilos son el autoritario, el permisivo y el democrático. Pero hay uno que se considera el peor de todos: la crianza no involucrada o negligente que se caracteriza por la falta de afecto y control de los padres hacia sus hijos. Los padres no involucrados no se interesan por las necesidades, los sentimientos o las opiniones de sus hijos. Tampoco les ponen normas ni límites, ni les supervisan ni les apoyan. En definitiva, los padres no involucrados se desentienden de su rol y dejan a sus hijos a su suerte.

En este artículo te explicaremos en qué consiste la crianza no involucrada o negligente, cuáles son sus causas y sus consecuencias, y cómo se puede prevenir o superar. Te invitamos a leerlo con atención y a reflexionar sobre tu propio estilo de crianza. Estamos seguros de que te será muy útil para mejorar tu relación con tus hijos y para contribuir a su bienestar.


Qué es la crianza no involucrada o negligente

La crianza no involucrada o negligente es un estilo de crianza que se define por la ausencia de afecto y control de los padres hacia sus hijos. Los padres no involucrados no se comprometen con el desarrollo de sus hijos ni les brindan ningún tipo de apoyo o orientación.

Características de este estilo de crianza

Algunas características de la crianza no involucrada o negligente son las siguientes:

  • Los padres no atienden las necesidades básicas de sus hijos, como la comida, la limpieza o la salud.
  • No vigilan las necesidades emocionales de sus hijos, como el cariño, la seguridad o la autoestima.
  • No fijan normas ni límites a sus hijos, ni les inculcan valores o hábitos.
  • Los padres no involucrados no vigilan ni guían a sus hijos en su educación, su ocio o su socialización.
  • No muestran interés ni participación en las actividades, los logros o los problemas de sus hijos.
  • Pueden ser indiferentes, despectivos o incluso rechazar a sus hijos.

Causas de la crianza no involucrada o negligente

La crianza no involucrada o negligente puede tener diferentes causas, que pueden estar relacionadas con los padres, con los hijos o con el contexto. Algunas posibles causas son las siguientes:

  • Los padres pueden haber sido criados por padres no involucrados o negligentes y repetir el mismo patrón.
  • Pueden tener problemas personales, como estrés, depresión, adicciones o violencia, que les impiden ocuparse de sus hijos.
  • Suelen estar sobrecargados de trabajo, de responsabilidades o de obligaciones, y no tener tiempo ni energía para dedicar a sus hijos.
  • Los padres pueden tener expectativas irreales o negativas sobre sus hijos, y sentirse frustrados o decepcionados con ellos.
  • Pueden tener una baja autoestima o una falta de confianza en sus habilidades parentales, y sentirse incapaces o inseguros de ejercer su rol.
  • Los hijos pueden tener características o necesidades especiales que dificulten la crianza, como discapacidades, trastornos o conductas problemáticas.
  • El contexto puede ser adverso o desfavorable para la crianza, como la pobreza, la violencia, el aislamiento o la falta de apoyo social.

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Consecuencias de la crianza no involucrada o negligente en los niños

La crianza no involucrada o negligente puede tener graves consecuencias en el desarrollo de los niños, tanto a nivel emocional, como social y cognitivo. Los niños que sufren este tipo de crianza pueden presentar diversos problemas que afectan a su bienestar y a su futuro. A continuación, te explicamos algunos de los efectos más comunes de la crianza no involucrada o negligente en los niños.

Efectos en el desarrollo emocional

El desarrollo emocional se refiere a la capacidad de reconocer, expresar y regular las propias emociones, así como de comprender y empatizar con las emociones de los demás. El desarrollo emocional es fundamental para la salud mental y la felicidad de las personas.

Los niños que reciben una crianza no involucrada o negligente pueden sufrir varios problemas en su desarrollo emocional, como los siguientes:

  • Baja autoestima: la autoestima es el valor que una persona se da a sí misma. La autoestima se forma a partir de las experiencias y las relaciones que una persona tiene a lo largo de su vida. Los niños que reciben una crianza no involucrada o negligente pueden tener una baja autoestima porque no se sienten queridos, valorados ni aceptados por sus padres. Esto puede hacer que se sientan inseguros, inferiores o indignos.
  • Falta de confianza: la confianza es la creencia en las propias capacidades y posibilidades. La confianza se desarrolla a partir del apoyo y el estímulo que una persona recibe de su entorno. Los niños que reciben una crianza no involucrada o negligente pueden tener una falta de confianza porque no cuentan con el respaldo ni la orientación de sus padres. Esto puede hacer que se sientan incapaces, indecisos o temerosos.
  • Ansiedad y depresión: la ansiedad es un estado de nerviosismo, preocupación o miedo ante situaciones percibidas como amenazantes. La depresión es un estado de tristeza, desánimo o desesperanza ante situaciones percibidas como insuperables. La ansiedad y la depresión son trastornos emocionales que afectan al bienestar y al funcionamiento de las personas. Los niños que reciben una crianza no involucrada o negligente pueden sufrir ansiedad y depresión porque no tienen el apoyo ni la seguridad de sus padres. Esto puede hacer que se sientan solos, angustiados o desesperados.

Efectos en el desarrollo social

El desarrollo social se refiere a la capacidad de establecer y mantener relaciones positivas con los demás. El desarrollo social es esencial para la integración y la convivencia de las personas.

Los niños que reciben una crianza no involucrada o negligente pueden tener dificultades en su desarrollo social, como las siguientes:

  • Dificultades para relacionarse: las relaciones sociales son las interacciones que una persona tiene con otras personas. Las relaciones sociales se basan en la comunicación, la cooperación y el respeto. Los niños que reciben una crianza no involucrada o negligente pueden tener dificultades para relacionarse con los demás porque no han aprendido las habilidades sociales necesarias para ello. Esto puede hacer que se muestren tímidos, retraídos o agresivos.
  • Aislamiento y soledad: el aislamiento es la falta de contacto o de participación con otras personas. La soledad es el sentimiento de vacío o de tristeza por no tener compañía o apoyo. El aislamiento y la soledad son situaciones que afectan a la calidad de vida y a la salud de las personas. Los niños que reciben una crianza no involucrada o negligente pueden sufrir aislamiento y soledad porque no tienen el afecto ni la atención de sus padres. Esto puede hacer que se sientan rechazados, abandonados o incomprendidos.
  • Agresividad y delincuencia: la agresividad es la conducta violenta o dañina hacia los demás. La delincuencia es la conducta ilegal o antisocial. La agresividad y la delincuencia son problemas que afectan a la convivencia y a la seguridad de las personas. Los niños que reciben una crianza no involucrada o negligente pueden mostrar agresividad y delincuencia porque no han interiorizado las normas ni los valores sociales. Esto puede hacer que se rebelen, que desafíen a la autoridad o que busquen el reconocimiento en grupos marginales.

Efectos en el desarrollo cognitivo

El desarrollo cognitivo se refiere a la capacidad de adquirir y procesar conocimientos e información. El desarrollo cognitivo es fundamental para el aprendizaje y el pensamiento de las personas.

Los niños que reciben una crianza no involucrada o negligente pueden presentar deficiencias en su desarrollo cognitivo, como las siguientes:

  • Bajo rendimiento académico: el rendimiento académico es el grado de aprovechamiento de los conocimientos y las habilidades que se enseñan en el ámbito educativo. El rendimiento académico depende de factores como la inteligencia, la motivación, el esfuerzo o el apoyo familiar. Los niños que reciben una crianza no involucrada o negligente pueden tener un bajo rendimiento académico porque no tienen el estímulo ni la ayuda de sus padres. Esto puede hacer que tengan dificultades para comprender, memorizar o aplicar lo que aprenden.
  • Falta de motivación e interés: la motivación es el impulso o el deseo que lleva a una persona a realizar una acción o a alcanzar una meta. El interés es la atención o la curiosidad que una persona siente por algo o por alguien. La motivación y el interés son factores que influyen en el aprendizaje y en el desarrollo personal. Los niños que reciben una crianza no involucrada o negligente pueden tener una falta de motivación e interés porque no tienen el reconocimiento ni la satisfacción de sus padres. Esto puede hacer que se aburran, que se distraigan o que abandonen sus estudios.
  • Problemas de atención y concentración: la atención es la capacidad de enfocar los sentidos y la mente en un estímulo o en una tarea. La concentración es la capacidad de mantener la atención durante un tiempo prolongado. La atención y la concentración son habilidades que facilitan el aprendizaje y el pensamiento. Los niños que reciben una crianza no involucrada o negligente pueden tener problemas de atención y concentración porque no tienen el seguimiento ni la orientación de sus padres. Esto puede hacer que se dispersen, que se confundan o que cometan errores.

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Cómo prevenir o superar la crianza no involucrada o negligente

La crianza no involucrada o negligente es un estilo de crianza que puede dañar el desarrollo y el bienestar de los hijos. Por eso, es importante que los padres que ejercen este tipo de crianza sean conscientes de sus consecuencias y busquen la forma de mejorar su relación con sus hijos. A continuación, te damos algunos consejos para prevenir o superar la crianza no involucrada o negligente.

Identificar si se está ejerciendo una crianza no involucrada o negligente

El primer paso para prevenir o superar la crianza no involucrada o negligente es reconocer si se está ejerciendo este tipo de crianza. Para ello, se puede hacer un autoanálisis honesto y reflexivo sobre las actitudes y los comportamientos que se tienen hacia los hijos. Algunas preguntas que pueden ayudar a identificar si se está ejerciendo una crianza no involucrada o negligente son las siguientes:

  • ¿Te interesas por las necesidades, los sentimientos y las opiniones de tus hijos?
  • ¿Les muestras afecto, aceptación y reconocimiento a tus hijos?
  • ¿Les pones normas y límites claros y coherentes a tus hijos?
  • ¿Les supervisas y les orientas en su educación, su ocio y su socialización?
  • ¿Les apoyas y les animas a ser independientes y competentes?
  • ¿Participas en las actividades, los logros y los problemas de tus hijos?

Si la respuesta a estas preguntas es negativa o poco frecuente, es posible que se esté ejerciendo una crianza no involucrada o negligente. En ese caso, es necesario tomar conciencia del problema y buscar soluciones.

Cambiar el estilo de crianza hacia uno más democrático y afectivo

El segundo paso para prevenir o superar la crianza no involucrada o negligente es cambiar el estilo de crianza hacia uno más democrático y afectivo. El estilo de crianza democrático es el que se considera más beneficioso para el desarrollo de los hijos. Se caracteriza por un alto nivel de afecto y control. Los padres democráticos se implican en la vida de sus hijos y les ofrecen apoyo y guía.

Algunas acciones que pueden ayudar a cambiar el estilo de crianza hacia uno más democrático y afectivo son las siguientes:

  • Mostrar amor y apoyo a los hijos: los padres deben expresar a sus hijos que les quieren y que se preocupan por ellos. También deben estar disponibles para ellos cuando los necesiten y ofrecerles seguridad y confianza.
  • Establecer normas y límites claros y coherentes: los padres deben fijar unas normas y unos límites que regulen el comportamiento de sus hijos. Estas normas deben ser claras, coherentes, razonables y consensuadas. Los padres deben explicar el porqué de las normas y las consecuencias de cumplirlas o incumplirlas.
  • Fomentar la comunicación y la participación de los hijos: los padres deben mantener una comunicación fluida y abierta con sus hijos. Deben escucharlos, comprenderlos y respetarlos. También deben involucrarlos en las decisiones familiares y tener en cuenta sus opiniones e intereses.
  • Respetar la individualidad y la autonomía de los hijos: los padres deben reconocer y valorar las características, las capacidades y las preferencias de sus hijos. Deben permitirles elegir, experimentar y equivocarse. También deben estimularles a asumir responsabilidades acordes a su edad y a resolver sus propios problemas.

Buscar ayuda profesional si se necesita

El tercer paso para prevenir o superar la crianza no involucrada o negligente es buscar ayuda profesional si se necesita. A veces, los padres pueden sentirse desbordados, confundidos o culpables por su forma de criar a sus hijos. En esos casos, puede ser conveniente acudir a un profesional que les oriente y les apoye.

Algunos profesionales que pueden ayudar a mejorar mejorar el estilo de crianza son los siguientes:

  • Psicólogos: los psicólogos son profesionales que se dedican al estudio y al tratamiento de los procesos mentales y emocionales de las personas. Los psicólogos pueden ayudar a los padres a identificar y modificar las creencias, los pensamientos y las emociones que les impiden ejercer una buena crianza. También pueden ayudar a los padres a desarrollar habilidades parentales y a mejorar la comunicación y la relación con sus hijos.
  • Pedagogos: los pedagogos son profesionales que se dedican al estudio y a la mejora de los procesos educativos de las personas. Los pedagogos pueden ayudar a los padres a conocer y a aplicar los principios y las estrategias de la educación democrática. También pueden ayudar a los padres a adaptar la educación a las características y necesidades de sus hijos y a fomentar su aprendizaje y su desarrollo.
  • Trabajadores sociales: los trabajadores sociales son profesionales que se dedican a la intervención y al apoyo de las personas en situación de vulnerabilidad o riesgo social. Los trabajadores sociales pueden ayudar a los padres a acceder a los recursos y servicios sociales que necesiten para mejorar su situación familiar. También pueden ayudar a los padres a integrarse en la comunidad y a participar en actividades o programas que favorezcan su bienestar y el de sus hijos.

Conclusión

En este artículo te hemos explicado qué es la crianza no involucrada o negligente, un estilo de crianza que se caracteriza por la falta de afecto y control de los padres hacia sus hijos. Te hemos mostrado las causas y las consecuencias de este tipo de crianza, que pueden afectar al desarrollo emocional, social y cognitivo de los hijos. Y te hemos dado algunos consejos para prevenir o superar la crianza no involucrada o negligente, cambiando el estilo de crianza hacia uno más democrático y afectivo, y buscando ayuda profesional si se necesita.

Esperamos que este artículo te haya sido útil e interesante. Queremos que reflexiones sobre la importancia de una buena crianza para el bienestar de tus hijos. La crianza es una responsabilidad y una oportunidad para influir positivamente en el desarrollo de tus hijos. Una buena crianza puede favorecer su salud mental, su integración social y su aprendizaje. Una mala crianza puede perjudicar su autoestima, su relación con los demás y su rendimiento académico.

Por eso, te invitamos a mejorar tu estilo de crianza y a ofrecer a tus hijos el apoyo y la guía que necesitan. No dudes en buscar información, formación o asesoramiento si lo consideras necesario. Recuerda que no estás solo ni sola en esta tarea. Hay muchos profesionales y recursos que pueden ayudarte a ser un mejor padre o una mejor madre. No lo dejes para mañana. Empieza hoy mismo a mejorar tu relación con tus hijos. Estamos seguros de que te lo agradecerán.


© 2023 ▷ Educa y Aprende ➡➤ [ Cómo reconocer y evitar la crianza no involucrada o negligente ] Escuela de padres ✏️ Ángel Sánchez Fuentes | 👨‍🎓Docente y creador de blogs educativos @educa_aprende

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