La decepción es un sentimiento negativo que forma parte del repertorio habitual de las personas, y que si no se gestiona de manera adecuada puede tener graves consecuencias. Desde la infancia nos enfrentaremos a diversas decepciones es fundamental desarrollar estrategias para afrontarlas de manera adecuada.
Las decepciones en los niños pueden tener importantes consecuencias negativas en su bienestar actual y futuro.
Índice de contenido
La decepción
La decepción es un sentimiento de insatisfacción y pesar que aparece cuando no se cumplen las expectativas que una persona ha puesto en algo o alguien. Las decepciones son fruto de la unión de dos emociones primarias: la sorpresa y la pena. Cuando la decepción perdura se puede transformar en frustración y si continua en depresión. La decepción es una insatisfacción provoca por algo externo y es fuente de estrés psicológico.
Las decepciones en los niños y niñas
Las decepciones son sentimientos naturales. Los niños y niñas tendrán que enfrentarse a diversas decepciones (tener el columpio del parque ocupado, que su amiguito no comparta los juguetes, etc.), de mayor y menor intensidad, como parte normal y sana de su desarrollo. Estas primeras decepciones, les van a permitir desarrollar estrategias de afrontamiento para futuras decepciones en su vida adulta.
No se trata de decepcionar a los niños o de exponerlos continuamente a la decepción, pero sí de permitir que se enfrenten a sus decepciones diarias y de este modo sean capaces de comprender las sensaciones, de identificarlas y de desarrollar estrategias para manejarla.
Consecuencias de no desarrollar el manejo de las decepciones
Cuando los niños y niñas no desarrollan estrategias para afrontar y manejar las decepciones, al contrario de lo que podamos pensar, crecerán vulnerables y ante las decepciones de la vida se sentirán rendidos y experimentaran un gran malestar que puede llevarles a problemas más graves como la depresión.
Cómo enseñar a los niños a afrontar la decepción
- Trabaja sus expectativas, para ello explícales que las cosas no siempre son como queremos.
- Explícales que cuando las cosas no son como queremos nos sentimos mal y enséñales que eso es la decepción. Puedes ponerles ejemplos (cuando esperamos que alguien nos invite a su cumpleaños y no lo hace, cuando no nos dejan un juguete, o esperamos aprobar un examen y no lo aprobamos, etc. ), también puedes poner ejemplos de cuando tú mismo te sientes decepcionado, de este modo aprenderán a identificar el sentimiento.
- El siguiente paso consiste en ayudarles a aceptar la decepción. Para ello explícale que es algo normal, que en esas situaciones a todos nos pasa. Pero que esa sensación pasará.
- Ayúdales a no centrarse en la expectativa no cumplida que ha dado lugar a la decepción, para ello ofréceles alternativas y si es posible ayúdales a ver el lado positivo.
- Cuidado con dramatizar el valor negativo de la situación que ha provocado la decepción. Es importante que el niño no se centre excesivamente en su decepción y que comience a centrarse en la búsqueda de alternativas.
- Refuérzale cuando acepte de manera adecuada una decepción.
- Si la decepción desencadena en una pataleta, no refuerces, retira la atención.
- Educa con tu ejemplo y gestiona tus decepciones delante de los niños y niñas.