Los campamentos de verano tienen ventajas tanto para padres como para niños
El verano se acerca y ya va siendo hora para muchos padres de decidir llevarlos o no a un campamento de verano. Para quienes tienen dudas, han de saber que los campamentos tienen muchos beneficios y no solo para los niños. Los campamentos constituyen una experiencia única en la que conocer a personas nuevas, convivir en un entorno diferente al aire libre y donde es posible aprender muchas cosas.
Los beneficios de los campamentos de verano
En los campamentos de verano los niños han de desarrollar habilidades nuevas, sin la influencia de los padres, en una experiencia intensa en la que tendrán que convivir con compañeros nuevos. En estos campamentos los niños aprenden a ser más tolerantes, socializan más con otros niños procedentes de diferentes lugares, hacen nuevas amistades y gana mucha autonomía.
La dependencia de madre y padre desaparece durante unos días o semanas y los niños han de aprender a ser más independientes. Además, para niños particularmente enganchados a juegos y dispositivos tecnológicos, el contacto con la naturaleza (ya sea playa o montaña) les permite desarrollar nuevos juegos, que en muchos casos son colectivos.
En cuanto a los padres, los campamentos también tienen sus ventajas: pueden paliar su tendencia a la sobreprotección y su dependencia de los niños. Esta dependencia es bidireccional, pues afecta tanto a progenitores como a retoños. Y tienen oportunidad de dedicar más tiempo a la pareja y disfrutar de un tiempo libre completamente diferente.
Cursos en el extranjero
Por otra parte, una opción que también es muy beneficiosa y educativa para los niños en las vacaciones de verano son los cursos en el extranjero. Estos cursos sirven, en primer lugar, para aprender o mejorar un idioma pero son, además, otra oportunidad de socialización. Al viajar al extranjero el niño se encuentra, al igual que en los campamentos de verano, en un entorno extraño y sin los padres, por lo que ha de desarrollar sus habilidades para relacionarse con otros y hacer amigos nuevos.
Por lo general, los niños que realizan cursos en el extranjero no sólo perfeccionan otros idiomas, como el inglés, sino que ganan en madurez personal y autonomía. Esta experiencia les sirve también para ampliar su visión del mundo y, en suma, contribuye a que se conozcan mejor y sean más conscientes de sus potencialidades.