Aprender ciencia jugando para despertar el interés por la física y la química

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Uno de los propósitos de la comunidad educativa es despertar el interés y contribuir a la mejora de la enseñanza de la ciencia en las aulas en todos los niveles, con especial importancia en primaria. Se debe fomentar, por tanto, la creación de estrategias en los que los objetivos a alcanzar estén basados en la indagación y en la experimentación. Para ello se debe invertir en material didáctico científico y de laboratorio para escuelas.

Los expertos señalan como el mejor de los caminos el enseñar ciencia de forma creativa, atractiva e incluso recreativa con artículos y material científicos y de laboratorio para escuelas, como los que propone la empresa dedicada a este sector Pidiscat. Una fórmula que cada vez tiene más aceptación en las escuelas. Y es que, el material Pidiscat, está especialmente enfocado para el uso de estudiantes y para un tipo de educación interesado en la formación práctica y divertida.

Está suficientemente demostrado que, para enseñar ciencia con efectividad en las escuelas e institutos, los experimentos son perfectos para incentivar y motivar la curiosidad de los estudiantes hacia la física y la química.


Introducción a la ciencia de forma entretenida

La memorización de datos, el aprendizaje forzado sin incentivar en primer lugar el interés, está claramente abogando hacia un fracaso en el aprendizaje de las ciencias. Las escuelas deben implementar sistemas en los que se permita aprender mientras se disfruta y se desarrolla la imaginación y la creatividad.

Los estudiantes se sentirán más inclinados a aceptar los conceptos si se implementan los estudios con clases prácticas directamente relacionadas con elementos de la vida real. Este tipo de prácticas si, además, se presentan de forma recreativa tendrá un doble impacto en sus mentes. El aprendizaje será más profundo, pues se eliminará de paso la presión del error.

El aprendizaje con el juego es una tarea pendiente en la enseñanza formal, más aún tal y como viene recogiendo por los profesionales que insisten en el enorme valor positivo que conlleva. Los niños que aprenden jugando avanzan más rápidamente en su formación, piden menos ayuda, aceptan mejor las sugerencias, adaptan con mayor facilidad su conducta a las características de los materiales y de los experimentos. Así mismo, también son capaces de afrontar y encarar con mejor actitud la frustración por las dificultades y por los posibles fallos que se puedan cometer.


El juego como método de aprendizaje

No importa la edad del estudiante, el juego es el mejor método posible para aprender. Cada etapa de maduración tendrá su propia elección de juegos o material para entender conceptos y memorizar datos de forma entretenida y divertida.

El juego crea un entorno de ficción en el que la fantasía y la imaginación se unen en confluencia para facilitar la posibilidad de que los niños piensen más allá de la simple propuesta. Se amplía el abanico de caminos posibles para alcanzar un mismo objetivo, elemento que puede ser utilizado como estrategia de gran utilidad para la resolución de conflictos y problemas. Concretamente, es un método que se ha empleado en la formación de alumnos de ciencias desde tiempos remotos.

Con el juego como método de aprendizaje, los estudios se tornan placenteros y deseables. El esfuerzo por aprender desaparece. Y es que, a partir de la definición que se realiza del juego; “el tipo fundamental de ocupación del niño”, “forma de aprendizaje natural”, “medio por excelencia para el aprendizaje social, cognoscitivo y experiencial”, se entiende la importancia de que el sistema educativo se adapte e implemente en su labor estas conductas de forma habitual.

La motivación

Es la motivación uno de los elementos fundamentales que los profesores, educadores, tutores y padres deben usar para que el proceso de enseñanza sea más ágil e interesante para los niños. Es uno de los pilares que ha de sostener la motivación de los alumnos.

En este sentido, es conveniente planificar actividades que incentiven a los niños y niñas a desarrollar sistemas que les posibilite una mayor autonomía. Esto quiere decir que hay que sostener estrategias que sirvan para que se representen de forma progresiva los objetivos de cada tarea, que los alumnos diseñen de forma autosuficiente su propio plan de acción, que se toleren y se permitan sus errores, al tiempo que los evalúan y asimilan.

Es importante encontrar métodos innovadores para presentar los fenómenos físicos y químicos que se tienen que aprender, para construir modelos descriptivos y explicativos válidos. Estos modelos son más fáciles de definir y concretar con las herramientas y aparatos que se localizan en la web referenciada al principio de este texto; Pidiscat. Con ellos se podrá facilitar la creación de condiciones de significación apropiadas para los alumnos, favoreciendo a su vez, el desarrollo gradual de sus capacidades y creando hábitos en la actividad experimental propia de la ciencia educativa.

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