El amor propio o capacidad de quererse a uno mismo, es una faceta muy importante que va a permitir a las personas un equilibrio afectivo y emocional. Desarrollar el amor propio y tener una sana autoestima, es el resultado de una construcción personal que se inicia en la infancia y se extiende a lo largo del ciclo vital. Este desarrollo puede ser un proceso complejo, que precisa de apoyos procedentes del entorno más cercano, sobre todo en durante la infancia y la adolescencia.
Aprender a quererse a uno mismo. Amor propio
La capacidad de quererse a uno mismo es una capacidad esencial que garantiza el bienestar y el logro de las metas personales. El amor propio no es algo innato, nadie nace con buena o baja autoestima, la capacidad de quererse a uno mismo es una construcción personal que se inicia en la infancia en el seno de la interacción social. A través de la interacción con los demás los niños crean sus primeras nociones sobre su autoconcepto, y aprenden a aceptarlo o no y a quererlo o no.
El proceso es el siguiente:
- El niño interactúa con los demás y recibe información sobre sí mismo a través de esa interacción. Crea su imagen a partir del reflejo que observa en los demás.
- Se desarrollan interpretaciones acerca de la imagen que se recibe de los demás.
- Se desarrollan emociones acerca relacionadas con dicha interpretación.
- Como consecuencia, el niño crea una imagen a partir de lo la imagen que los demás le ofrecen y aprende a aceptarla y valorarla en función a la interpretación y la emoción que hace de la misma.
Estrategias para enseñar a los niños a quererse un poco más.
En el proceso de desarrollo de las bases del amor propio, está claro que los demás tienen un papel muy importante para esta construcción. Y podemos seguir una serie de estrategias para enseñar a los niños a quererse un poco más:
- Presta atención a la manera de corregir al niño. Cuando educamos a un niño, es importante considerar que está aprendiendo y que todavía no sabe hacer muchas cosas, es probable que lo intente pero que no le salga bien. Es esencial comprender que el niño está esforzándose, y la atención del adulto ha de centrarse en el proceso, más que en el resultado. No importa si todavía no lo hace del todo bien, poco a poco irá aprendiendo y mejorando sus destrezas.
- Conviértete en un modelo positivo. Los adultos cercanos al niño, son sus modelos y tenderá a repetir conductas y actitudes. Si el adulto es negativo y critico consigo mismo, en exceso, el niño aprenderá a ser negativo y crítico con su propia imagen.
- Indaga las interpretaciones que tiene el niño sobre la opinión que los demás tienen de él y averigua cómo se siente con esas interpretaciones. En caso de que dichas interpretaciones sean negativas, ayúdale a corregirlas por otras interpretaciones más positivas.
- Muéstrale amor y afecto de manera espontánea, enséñale que es digno de recibir amor, de esta manera aprenderá a quererse. Es muy importante que el niño crezca en un entorno seguro, respetuoso y con amor.
- No le etiquetes, compares o juzgues. Las personas no tienen etiquetas, su conducta sí puede ser objeto de etiqueta, pero nunca el niño. Es decir, evita decirle mensajes del tipo “que torpe eres” “eres más dependiente que tú hermano”, etc.
- Deja que haga las cosas por sí mismo, y que se equivoque. El error es una fuente de aprendizaje y de desarrollo, si dejamos que se equivoquen, y que solucionen sus errores, podrán confiar en sí mismos.
© 2018 Amor propio. Aprender a quererse por Celia Rodríguez Ruiz | Psicóloga y Pedagoga para la Escuela de padres del blog educativo Educa y Aprende @educa_aprende